
PEDRO ANDRADES
Setenil se ha colado en la lista de destinos rurales más buscados de España (puesto 41 de «Escapada Rural«), en la que ya aparecían nuestros vecinos de Grazalema, Ronda, El Bosque o El Gastor. Es otro dato más que confirma el fenómeno turístico que vive nuestro pueblo en los últimos años, apoyado en un grupo de bares, comercios y hoteles que cada día ofrecen más calidad y han sabido dar respuesta a la creciente demanda generada tras el «descubrimiento» de Setenil: en las redes sociales, en las sucesivas apariciones en televisión, por el boca a boca, o de manera casual a través de eventos ajenos como la «101» de la Legión.
El atractivo de nuestro paisaje urbano es tan poderoso, el reclamo de nuestras calles de casas-cueva fascina tanto a los visitantes, que ya no es extraño que Setenil aparezca encabezando cualquier lista digital como la de «Curiosos pueblos que inspiran un viaje a Andalucía» (lo recordaba días atrás el «Hotel Villa de Setenil«) o en otras como «Seis pueblos tan curiosos que no creerás que existen» de Trivago, en la que nos emparejan ni más ni menos que con el Monte Saint-Michel.


Que esto ocurra cuando Setenil sigue fuera de los circuitos oficiales de promoción nos debe dar una idea del potencial turístico de este pueblo. Setenil está ausente en la principal campaña de promoción de la Diputación («Cádiz: turismo todo el año»), no aparece en su reciente guía «Cádiz en familia» , y la aplicación estrella «Conoce Setenil» (dento de la serie «Paraísos del Sur») ofrece una desfasada e incompleta información del pueblo en la que se ignora a la mayoría de los comercios y bares locales. Tampoco el Ayuntamiento de Setenil dispone de una simple guía turística con presencia en la red. Como muestra, un botón: el mapa de localización de la página web municipal manda a nuestros visitantes, desde hace meses, a Arcos de la Frontera. Pese a esta indolencia oficial (que no distingue de colores políticos), Setenil es hoy en día un diamante en bruto a las puertas del pelotazo turístico, que tiene pendiente aprovechar algo que está en su mano y que requiere más esfuerzo e imaginación que dinero: la Ruta de las Cuevas, la Ruta de los Reyes Católicos, la divulgación de una Semana Santa única, nuestra íntima relación con el río, los vínculos sin explotar con Ronda y especialmente con Acinipo, la Vía Verde de Olvera, la proximidad a los parques naturales de Grazalema y la Sierra de las Nieves, o el absoluto desaprovechamiento del patrimonio histórico en el que se ha invertido tanto dinero público.
Es un mal presagio que hoy por hoy, con el pueblo lleno de turistas, no se pueda visitar con regularidad, por ejemplo, el Torreón de la Villa. Dos años después de su costosa restauración por parte de la Junta de Andalucía, tuvo que abrirse gracias a la iniciativa privada de la Hermandad de Los Blancos y se registraron… seis mil visitas (que se dice pronto) a una exposición que mostraba el excepcional tesoro artístico-religioso del pueblo y permitió conocer el monumento más imponente que tenemos. Estas miles de visitas (muchas de las cuales regresaron en Semana Santa) prolongaron la estancia y contribuyeron a mejorar la caja de muchos de nuestros bares. ¿Cómo es posible que meses después de la finalización de la obra siga sin un horario regular de apertura? Ojalá dentro de unos años no recordemos con nostalgia estos fines de semana multitudinarios. Como en «Imagina Setenil» no hay critica sin propuesta alternativa, publicaremos un próximo artículo complementario en el que detallaremos un decálogo de cosas que hacen otros sitios como Setenil y que son un éxito turístico y económico, además de un factor de disfrute para sus vecinos.

Cierto el pueblo más bonito y encima yo he nacido alli