
PEDRO ANDRADES
Setenil es tan original y alucinante que no cabe en un mapa. En Setenil, como en Roma, no hay plano que te oriente por sus calles escondidas entre las colinas, sino un río, el Guadalporcún, que te guiará por el cañón que abrió en las entrañas de la tierra para construir este pueblo. Como Nueva York, Setenil se disfruta mirando hacia arriba, aunque aquí no te asombrará ningún rascacielos sino el cielo de roca que cubre sus calles. Equidistante de Cádiz, Málaga y Sevilla, Setenil pertenece a la Ruta de los Pueblos Blancos de la primera, pero se funde con el paisaje de la vecina Ronda y de la ciudad romana de Acinipo, en el vértice de los parques de Grazalema y la Sierra de las Nieves. Para conocer Setenil hay que combinar la Ruta de las Cuevas «donde el cielo es de roca» (Gerardo Diego) y la Ruta patrimonial del Reino de Granada y los Reyes Católicos, después de asomarnos al mirador de San Sebastián o El Carmen y apreciar la geografía escalonada de un pueblo único que Caballero Bonald describió así: “Setenil, un asombroso reducto urbano, una alianza inverosímil entre la arquitectura y la geología”. Aquí os proponemos un paseo que incluye disfrutar de una Semana Santa con la carrera oficial más espectacular que podáis imaginar. Buscar los escenarios de cine en los que se escondía Curro Jiménez, en los que Jessica Lange rodó «Flamencología» y Ángela Molina «La Sabina». Las esquinas que fotografiaron los históricos Ortiz Echagüe o Nicolás Muller, y enamoraron a pintores como Amalio García del Moral o al íntimo amigo de Cantinflas, el malagueño Juan Bandera. Os proponemos un recorrido que explica por qué las guías turísticas incluyen Setenil en listados exclusivos con los sitios más curiosos e impactantes de España, por qué fascina en Corea del Sur o Japón, o por qué aparece en las recomendaciones de AirAsia emparejado ni más ni menos que con Venecia.
RUTA DE LAS CUEVAS. Declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1985, el mayor monumento de Setenil son los tajos y las calles-cueva que labró en sus laderas el río Guadalporcún o Trejo. La Damita de Setenil, una pequeña venus con cinco mil años de existencia, atestigua que estas cuevas estuvieron habitadas desde la Prehistoria. Desde entonces, este pueblo protagoniza un caso excepcional de trogloditismo urbanizado, por la prodigiosa adaptación del casco urbano a la garganta fluvial, formando calles enteras al “abrigo de la oca”. Las más conocidas y animadas son las Cuevas del Sol y la Sombra. Siguiendo el cauce del río llegaremos a Las Jabonerías y Las Cabrerizas, donde se rodaron “Curro Jiménez” y “La Sabina”, con banda sonora de Paco de Lucía. Incrustadas en la muralla del Castillo aparecen la calle Mina, que debe su nombre a la coracha que hizo inexpugnable esta fortaleza, y la calle Herrería, una de las más singulares y bonitas de España, que conecta con el centro histórico.












RUTA DE LOS REYES CATÓLICOS. Setenil fue una importante población musulmana en la Edad Media. Testigo de ese esplendor es el Torreón nazarí del Homenaje (siglo XIII) y la muralla de Los Cortinales. Aquí nació Setenil tal como lo conocemos hoy, tras la caída de Acinipo y el posterior asentamiento agroganadero en esta peña. Hasta Setenil llegaron muchos de los restos romanos de Ronda la Vieja y en nuestro suelo se han encontrado monedas acuñadas en la ceca de esta ciudad, cuya rápida decadencia es todavía un misterio. La conquista por los Reyes Católicos en 1484 fue relevante en la caída del Reino de Granada y su fama quedó tallada en la Sillería de la Catedral de Toledo. El propio Rey Fernando el Católico participó en el asedio (hubo dos sitios anteriores) y otorgó privilegios de Villa de Realengo al municipio, equiparables al de otras ciudades como Sevilla. De esta época son la ermita de San Sebastián, la Iglesia Parroquial de la Villa (construída sobre la antigua mezquita) o el edificio de la actual Oficina de Turismo, que conserva un apreciado artesonado mudéjar. Del tesoro artístico eclesiástico destacan el retablo de la Anunciación, una valiosa casulla donada por los Reyes Isabel y Fernando, la talla de San Sebastián (Patrón local) y un sagrario de carey y plata. También del siglo XVI es el Cristo de la Vera-Cruz, que puede verse en la Iglesia mayor de la Villa. Dos escenarios imprescindibles para su comprensión son el mirador de San Sebastián y el mirador de El Carmen.

RUTAS Y CAMINOS DE SETENIL. Setenil es el punto de encuentro de dos emblemáticos parques naturales, Grazalema y la Sierra de las Nieves. En su entorno hay caminos, muchos sin señalizar, que lindan con los pinares más altos de Cádiz en el Tejarejo, que permiten disfrutar del perfil de Acinipo, que atraviesan encimares de buena bellota porcina, olivares donde nace el mejor aceite de la provincia de Cádiz o trigales que en primavera presumen de dorado. Muchas de estas rutas tienen en el horizonte la ciudad romana, por el camino de las Cuevas Román y Los Vaqueros o la Ruta de Los Bandoleros. Otros aproximan al viajero a Ronda por el camino de Escalante y la vía pecuaria que conecta con Osuna. Y es muy conocido y asequible el popular recorrido de la 101 km de La Legión por el arroyo de Los Molinos hacia Alcalá del Valle. También resulta muy llamativa la vista de los Escarpes del río Trejo y Peñacaía (el camino está muy abandonado), en dirección a Torre Alháquime y Olvera, donde comienza la Vía Verde de la Sierra. Pero no hay que olvidar que muchos de los mejores paseos están en el propio perímetro del pueblo y en el disfrute de la naturaleza viva por el Paseo del Río. Los caminantes que mejor han mostrado el entorno de Setenil son los amigos «Trotones de Arcos», a cuyo blog hemos enlazado todas las rutas citadas.











CINCO SIGLOS DE SEMANA SANTA. De 1551 data la penitencia del Silencio, una de las más antiguas de Andalucía. Es el símbolo histórico de una Fiesta de Interés Turístico Nacional caracterizada por la rivalidad de Blancos y Negros, famosa por la impactante presencia de bandas de música y excepcional por el insólito recorrido de las procesiones. Imperdible. Aquí tienes más información y fotos.







SETENIL DE CINE, UN PASEO DE PELÍCULA. De las Cuevas del Sol a Las Cabrerizas. De las Jabonerías al cantillo y la calle Vega. De la Ladera al Lizón. De la Plaza a La Ponderosa. De la estación de tren a la calle Ronda. Son escenarios que se han utilizado para el rodaje de distintas películas: el capítulo “El servidor de la Justicia” de Curro Jiménez, “La Sabina” de José Luis Borau (con Ángela Molina de protagonista y la banda sonora de Paco de Lucía), “Sólo se vive una vez” (con la imagen de Setenil en la promoción mundial de esta simpática superproducción de Bollywood), “Corridas de Alegría” de Gonzalo García-Pelayo (con ese recorrido a ritmo de sevillanas de Benito Moreno, el del “Lobito” de El Larguero), anuncios de TV o vídeo-clips musicales como Melon Diesel, y hasta el documental experimental “Flamencología” en el que participó Jessica Lange como ayudante de Paco Grande, con Diego el del Gastor de estrella improvisada. Todas estas escenas se pueden ver en “Setenil de Cine”.

SETENIL EN LA LITERATURA. “Setenil de las cuevas, donde el cielo es de roca y el silencio de sueño de piqueta”. Estos versos de Gerardo Diego son, quizá, la evocación más certera que ningún escritor haya realizado de Setenil. Otro Premio Cervantes, José Manuel Caballero Bonald, dedicó una jaculatoria a nuestro pueblo: “Setenil de las Bodegas, uno de los pueblos más asombrosos de la geografía andaluza, algo así como una pesadilla arquitectónica o un literal sobresalto geológico. O Fernando Quiñones, que incluyó a Setenil en su exitosa novela “Las mil noches de Hortensia Romero”, mostró su asombro: “Un pueblo embutido como un calzador, en un cañón de un río (…) Atención, no ‘sobre’, ‘junto a’ o ‘alrededor de’, he escrito ‘en’, y por miedo a parecer exagerado no callaré el adverbio cabal: dentro de ese cañón”. Antonio Gala, Emilio Castelar, Pérez Reverte, Ramón Solís o los hermanos José y Jesús de las Cuevastambién han citado a Setenil.


Pueblo pequeño con un encanto especial ,de estrechas calles y bonitos parajes,pasar unos días en setenil de las bodegas es sin duda un placer y si comer bien quieres, aquí podrás disfrutar de una gran gastronomía.