




PEDRO ANDRADES
Al calor del éxito de la serie «Isabel» de TVE han florecido rutas turísticas en toda España por los lugares que marcaron la vida de la reina castellana y que están sirviendo de aliciente económico para muchos municipios que han sabido rentabilizar su patrimonio y su pasado. Muchos de ellos aparecen en el libro «La España de Isabel», recién editado. En Setenil existe un recorrido desde San Sebastián y El Carmen a La Villa con tantos o más fundamentos históricos que muchos de esos sitios. La conquista cristiana de Setenil en 1484 por los Reyes Católicos es el hito más conocido del pueblo y su relevancia en la historia de España quedó reflejada en la impresionante Sillería de la Catedral de Toledo.
Este episodio, que fue muy violento y cruel con la población que resistía en la fortaleza, dejó a posteriori un rastro patrimonial de enorme valor: la ermita de San Sebastián (primer edificio cristiano del pueblo), la Iglesia de la Villa y su valioso tesoro artístico (el retablo de la Anunciación o la casulla donada por Isabel y Fernando, entre otros), el Hospital de Santa Catalina (que luego fue Seminario y acabó derribado hacia 1970 para construir los pisos de la Villa, en uno de los mayores atropellos urbanísticos cometidos en el pueblo), o el antiguo Ayuntamiento (hoy Oficina de Turismo) con su valiosísimo artesonado mudéjar.
A estos monumentos hay que sumar, como envés de la misma historia, el formidable Torreón medieval de Setenil y los Cortinales, si algún día se recupera ese espacio que fue el centro del pueblo en aquellos años y que permite conectar la Villa con el río en uno de los recodos más bonitos del cauce, en el paseo de Las Jabonerías y Las Cabrerizas. Un complemento ideal para que la visita a Setenil sea algo más que dos horas dando vueltas por las impresionantes Cuevas del Sol y de la Sombra. Si el pueblo articula con profesionalidad esta Ruta de los Reyes Católicos y, la principal, que es la Ruta de las Cuevas, tendrá turismo asegurado para duplicar el número de hoteles y restaurantes.


Esta ruta nace en la propia ermita de San Sebastián, el pequeño templo, casi un minúsculo oratorio, que levantaron los Reyes Católicos aproximadamente en 1484, durante la última fase del asedio a la resistente fortaleza de Setenil, todavía frontera del Reino de Granada, una edificio con más de cinco siglos de historia que ha adquirido un encanto añadido con su reciente restauración y que está asociado a una de las procesiones más antiguas de Andalucía, la del Silencio (data de 1551).
Pese a que durante años ha permanecido casi en el olvido, San Sebastián tiene una privilegiada ubicación y ofrece un agradable y suave paseo entre olivares desde el que se divisa Acinipo, Olvera, las terrazas del Tejarejo, o el arroyo de Alcalá. En esta zona y El Carmen, el ejército católico levantó seis grandes tiendas para atender a enfermos y heridos que se conocieron como el «Hospital de la Reina«, ya que fue la propia Isabel quien ideó el que está considerado el primer hospital militar de la historia, y también la nueva artillería que estrenaba Fernando el Católico y que cambiarían el signo de la guerra contra el Reino de Granada. De la guerra de lances caballerescos (tras la derrota de Loja el monarca cambió su estrategia militar) al combate «a sangre y fuego» que ya había impuesto el Imperio turco en la Europa occidental. Álora y Setenil fueron el escenario en los que primero se experimentó con el nuevo y mortífero fuego artillero que derribaba los muros de aquellas fortalezas y sembraba el terror entre los setenileños de la fortaleza. Setenil fue inexpugnable ante los saeteros durante décadas y marcó la frontera del Reino de Granada, pero resultó un blanco fácil ante el nuevo artilugio militar y el poderoso ejército del Marqués de Cádiz. El 20 de septiembre de 1484 se rindió Setenil y los Reyes Católicos la consideraron Villa Realenga, otorgándosele los mismos privilegios que a la ciudad de Sevilla. Al mismo tiempo se ordenó la construcción de la Iglesia de la Encarnación y el Hospital de Santa Catalina.

De la ermita hay un paso hasta el mirador del Peñón de los Enamorados, un lugar para disfrutar de la visión del caserío escalonado y de la personalísima peña sobre la que se asientan el Torreón y la Iglesia de la Villa. La bajada por Los Espinillos y el tránsito de la Calle Alta nos llevan en apenas unos minutos pausados a la misma calle Reyes Católicos y nos coloca ante el reto principal de la ruta, a las puertas de lo que fuera un inexpugnable «nido de águilas».
Tras la obligada visita al antiguo Ayuntamiento, uno de los edificios levantados tras la conquista cristiana, y el disfrute del artesonado mudéjar de la que hoy es la Oficina de Turismo, un paseo por el Torreón (con su espléndida atalaya para divisar el pueblo), ese fantástico mirador al pueblo que es El Lizón y la visita a la Iglesia parroquial y al balcón de la Villa a buen seguro que nos animan a descubrir, a su vez, las nuevas y sorprendentes calles que se divisan fuera (o bajo) la muralla y nos abrirán el apetito para quedarnos a comer en cualquiera de los restaurantes o bares de Setenil.


Abajo, una excelente galería de fotografías realizadas por Fernando Alda, y abajo, un recorrido en vídeo por este monumento.
Más información en
Setenil inaugura la Ruta de los Reyes Católicos diseñada por Imagina
















Vistas al pueblo desde el mirador del Torreón, que son una invitación a perderse por Setenil



Abajo, imágenes de la Iglesia de la Encarnación, que todo el mundo de Setenil llama «la Iglesia de la Villa». El reportaje fotográfico es de Ángel Medina Laín.





Que maravilla toda la historia del bello Setenil. Las fotos inmejorables se ve que esta muy remozada la ermita desde la ultima vez que la vi’,sigan adelante hermoso trabajo de «imaginasetenil»….