Cristóbal Andrades, un setenileño contra los nazis

Cristóbal Andrades posa en el balcón del Ayuntamiento antes del homenaje recibido en Setenil en 2008. FOTO: ÁNGEL MEDINA LAÍN
Cristóbal Andrades posa en el balcón del Ayuntamiento antes del homenaje recibido en Setenil en 2008. FOTO: ÁNGEL MEDINA LAÍN

PEDRO ANDRADES

Cristóbal Andrades ‘Tobalito’ ha cumplido 92 años este 6 de abril en Pau (Francia). En 2008, Setenil le rindió un merecido homenaje a un demócrata condecorado por la República francesa por su lucha contra los nazis. Antes estuvo en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer que el Gobierno de Francia alambró en esta playa de la costa mediterránea para recluir al medio millón de españoles que huía de la Guerra Civil. Recordamos el texto publicado  entonces por Elisa Armario en «Diario de Cádiz», el vídeo de Teresa Yribarren en Canal Sur TV sobre el último guerrillero andaluz, la apelación a la memoria histórica del amigo Juan José Téllez  a partir de su ejemplo, la entrevista en el programa «La Memoria» que hizo Rafael Guerrero y el documental que hicimos para contar su increíble historia. De aquel emotivo homenaje me quedo con un mensaje que lanzó a los jóvenes: «La libertad, la democracia, está siempre en peligro. Siempre he conocido guerras. Que los jóvenes conserven la democracia porque es lo más precioso que hay en la vida«.

El Campo de concentración de Argelès-sur-Mer fue un campo de internamiento construido por el gobierno de Francia en una playa de la localidad de Argelès-sur-Mer, en la costa mediterránea del país, para albergar a parte de los 550.000 refugiados que traspasaron la frontera, huyendo de España de la Guerra Civil Española. Se calcula que unas 100.000 personas fueron recluidas en este recinto.
El Campo de concentración de Argelès-sur-Mer fue un campo de internamiento construido por el gobierno de Francia en una playa de la localidad de Argelès-sur-Mer, en la costa mediterránea del país, para albergar a parte de los 550.000 refugiados que traspasaron la frontera, huyendo de España de la Guerra Civil Española. Se calcula que unas 100.000 personas fueron recluidas en este recinto.

Y ésta es la entrevista a Tobalito Andrades de RAFAEL GUERRERO en el programa «LA MEMORIA» de Canal Sur Radio.

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Setenil homenajea a Cristóbal Andrades, superviviente del maquis francés. Un texto de Elisa Armario, publicado en Diario de Cádiz el 27.03.2008

Setenil homenajea a Cristóbal Andrades, superviviente del maquis francés. Un texto de Elisa Armario, publicado en Diario de Cádiz el 27.03.2008

«A sus 87 años, Cristóbal Andrades camina, con paso enérgico, por una cuesta de Setenil, buscando con los ojos y con el alma su antigua escuela. La encuentra. Pero ahora es un inmueble muy distinto al de los recuerdos. Han pasado más de 70 años. Aprendió a escribir y a leer en este pueblo de la Sierra de Cádiz. Ahora, ha viajado desde su residencia francesa hasta él llevando bajo el brazo un libro con las notas de su vida. Una hazaña vital de lucha y compromiso, con nombres y apellidos, con historias de gentes que se enlazaron en su camino. Cristóbal Andrades nació en Setenil y es el último superviviente de los guerrilleros que combatieron a los nazis en los Pirineos franceses.

Acaba de reencontrarse con su pueblo. Y con sus gentes. Vecinos que le rindieron ayer un emotivo homenaje a su trayectoria por ser un convencido defensor de las instituciones democráticas y el último superviviente de los maquis que consiguieron la rendición de los nazis en el valle francés de d’Ossau, lo que significó el cierre de este paso por los Pirineos. Fue un episodio que le valió el pasado año para que en Francia lo distinguieran con la Medalla de la Resistencia, instaurada por Charles de Gaulle como reconocimiento a su lucha por la libertad.

Es el último testigo de aquellos combates en esa zona, de la organización de la resistencia, de años de penurias y sufrimientos en los campos de refugiados franceses y por eso, dice, que tiene la obligación de contarlo a otras generaciones para que no se eche en el olvido. «Muchos republicanos españoles que lucharon en la resistencia no quisieron contarles a sus hijos estas miserias. Ahora vienen sus nietos a preguntarme a mí. Y escribo porque cuando yo falte, ¿quién se lo contará a los míos?«, dice este hombre de trato afable.

Todo empezó para él, que militaba en las Juventudes Socialistas, el día que torturaron a su madre, en Setenil. Querían que declarara el paradero de su marido, militante de Izquierda Republicana, y de sus dos hijos. Ahí comenzó su devenir como el de millones de represaliados de una guerra cruel y fraticida. Fue un periplo de huidas hacia Málaga y Almería para llegar hasta Barcelona, donde ingresó en 1938 en la Guardia de Asalto. Posteriormente, abandonó el país por la frontera de Perpiñán.

Sufrió las colas de medio millón de almas en pena, de niños, mujeres y soldados por los pasos fronterizos. Se le viene a la cabeza con tanta nitidez como si, en un instante, hubiera regresado a aquel paisaje infame, donde el frío de aquel febrero le hubiera rajado, de nuevo, el cuerpo. «Se quedaron muchos en el camino por los bombardeos de Franco. Al llegar a Francia nos cacheaban como si fuéramos bandidos», narra Andrades.

Pasó cuatro meses en un campo de refugiados matando el tiempo para no volverse loco. Comía cada cuatro días si es que llegaba el pan que repartían. Su padre lo liberó de este campo, cambiando la fecha de su nacimiento. Por cierto, en todos los papeles oficiales ha arrastrado esa circunstancia hasta hace varias décadas.

Andrades se alistó en la resistencia francesa como vía para derrotar, primero, a Hitler, con el convencimiento de que sería la antesala de la caída de Franco. Por eso formó un grupo de seis guerrilleros en la compañía de trabajo en la que lo destinaron, que fue una central eléctrica en Fabréges. De ahí, pasaron a formar parte de la Brigada Diez y constituir tres maquis en los Pirineos. Hasta que en 1944 consiguieron la rendición de los nazis que se asentaban en Eaux Bonnes y en Gabas.

La rendición de los nazis sí, la de Franco no. «Estábamos convencidos de que si liberábamos a Europa del nazismo, Franco no se quedaría en España. Pero nos equivocamos», evoca este hombre de talante sostenido que detesta la violencia. Tanto, que recriminó la actitud de unos anarquistas que arrasaron parte del patrimonio religioso del pueblo y logró así salvar la cabeza del Padre Jesús. «No me gusta la destrucción, venga de donde venga. Si hubiera sido una biblioteca habría reaccionado igual», afirma.

Cristóbal deslía su vida sentado en un bar, en medio de unas tazas de café, en el pueblo que le vio nacer, y del que partirá hoy para volver a su casa de Francia, donde le espera su familia.

Antes de que ocurra, ojea unas fotos de hace décadas de Setenil que prenden de la pared de este establecimiento. Son de color sepia y se intuye en ellas el paisaje de las rocas setenileñas, de la vida de la posguerra. A dos metros, aparecen otras más recientes y también del pueblo. Se estampan en ellas colores vivos. «Son el ayer y el hoy. La dictadura y la democracia», constata el último guerrillero».

Y éste es el artículo, con su calidad habitual, que le dedicó JUAN JOSÉ TÉLLEZ en ‘La voz de Cádiz’: «Las batallitas de Cristóbal Andrades«. Todo una reflexión sobre la memoria histórica y la convivencia democrática a patir de la experiencia de un demócrata al que tocó sufrir la guerra y la intransigencia.

7 comentarios en “Cristóbal Andrades, un setenileño contra los nazis

  1. Emotivo y justo recuerdo de aquellos que lucharon por la libertad y la democracia. La Memoria Histórica es necesaria para restituir en su justa medida a todas aquellas personas olvidadas en las cunetas y tapias de cementerios. No se pretende abrir heridas sino cerrar corazones y sentimientos, darles el lugar que se merecen.

  2. Me impresionó aquel jueves santo que lo conocí, sus palabras y su entonación, las historias que contaba, su anhelo de paz y de justicia. Era como si abrieras una ventana al Setenil del 36.
    ¡Felicidades Don Cristóbal!
    ¡Salud!

  3. Impresionante historia lo que pasarian mi abuelo iba tambie dejo a mi abuela aqui, se despidio de ella en la pared de la rosa ,mi tia tenia 2 año y mi madre 2 meses,casi nada

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