Universo Setenil: el territorio literario de Sebastián Bermúdez Zamudio

Sebastián Bermúdez Zamudio, durante la presentación de "El Garrochista". Foto: ÁNGEL MEDINA LAÍN
Sebastián Bermúdez Zamudio, durante la presentación de «El Garrochista». Foto: ÁNGEL MEDINA LAÍN

PEDRO ANDRADES

En la literatura hay espacios míticos vinculados al territorio de los escritores que lo vivieron y recrearon. Así nació el Macondo de García Marquez, la Comala de Pedro Páramo, la Vetusta de Clarín o la Mágina de Muñoz Molina. Sobre este lugar mágico y misterioso que es Setenil escribieron con fascinación grandes autores como Gerardo Diego, Caballero-Bonald, Fernando Quiñones o Antonio Gala. A Sebastian Bermúdez Zamudio (Setenil, 1971) le debemos ni más ni menos que la afortunada invención de nuestro pueblo como territorio literario. En sus dos novelas publicadas y las fábulas de su blog Universo Esquizo ha perfilado una geografía literaria de Setenil, dando vida en la ficción a este microcosmos serrano en el que se suceden hitos históricos, amores imposibles o injusticias sociales.

Sebastián Bermúdez acaba de concluir la serie «Cayetano Acril y los crímenes de Setenil», una formidable trama negra a lo Montalbano que arranca con un inexplicable asesinato en La Cantarería en plena Semana Santa y deriva en una historia sorprendente, con fuertes dosis de sexo, mentiras y muchos secretos personales. Su intrigante final barrunta una segunda temporada. Es la última apuesta en su blog «Universo Esquizo», en cuyas fábulas podemos leer algunos de sus mejores textos, como los duelos pretéritos en el Callejón que bien pudiera haber escrito Pérez-Reverte, la lucha contra las tropas napoleónicas en los escarpes del Trejo, o evocaciones en primera persona de la epopeya de su padre, Paco Bermúdez, en el Ifni, reconstruida a partir de las cartas que le escribió a su madre, la añorada Anita Zamudio. Tras su lectura es imposible pasear por nuestro pueblo y no esbozar una sonrisilla de recuerdo al cruzar Las Cabrerizas, La Villa, El Cerrillo o Las Cuevas, o al divisar Acinipo y el Tejarejo.

Para quien no tenga la suerte de conocerlo, habrá que recordar que a Sebastián Bermúdez el talento y el ingenio le vienen de fábrica, que llevó durante muchos años el Bar Zamudio y que a la sabiduría del género humano que proporciona la barra ha sumado muchísimo estudio, convirtiéndose, entre otras cosas, en investigador acreditado en temas históricos y militares. Este conocimiento se trasluce y agradece en su narrativa, y proporciona algunos de los mejores momentos en sus dos novelas: «El Garrochista. Amor, Tierra y Sangre» y «Setenil 1.484». El éxito de ventas y la aceptación popular ha sido tan notable que recientemente la Universidad de Ca’Foscari de Venecia le planteó utilizar «El Garrochista» para sus trabajos anuales de traducción y le invitó a dar una conferencia en la ciudad de los canales sobre la situación de Andalucía en el siglo XIX.

Ambos libros los ha consagrado a sendos hitos de nuestra historia: la rebelión contra las tropas invasoras de Napoleón y la conquista cristiana de la villa medieval. Como hiciera Pérez Galdós en sus «Episodios nacionales», Sebastián Bermúdez introduce personajes imaginarios o históricos y los convierte en testigos privilegiados de lo que ocurrió en nuestro pueblo. Así podemos conocer al General Castaños reclutando garrochistas en El Tejarejo para combatir a Napoleón o al Gran Capitán manejando a las tropas rumíes (nombre que daban los moros a los cristianos) en el asedio de nuestra fortaleza, por citar solo algunos ejemplos.

«Setenil 1484» es su primera novela escrita y segunda publicada. A través de los ojos de Pedro Ramallo, a quien los Reyes Católicos encargan que negocie la rendición de una fortaleza considerada hasta entonces inexpugnable, Sebastián Bermúdez viaja cinco siglos atrás para intentar comprender y conocer qué pasó durante el asedio de 1.484 a Setenil, un momento histórico que marcó un nuevo rumbo en la Guerra de Granada. Este hito quedó tallado en la Sillería del Coro de la Catedral de Toledo, donde aparecen el Rey Fernando y personajes ilustres como el cardenal Mendoza, el Marqués de Cádiz o la rendida y colonizada población setenileña. En esta campaña militar se estrenó la mortífera artillería importada de Europa con la que se arrasó «a sangre y fuego» aquellas murallas hasta entonces invencibles. Fue tal la repercusión de este acontecimiento que los Reyes Católicos otorgaron a Setenil privilegios reales equiparables a Sevilla. Así relató el escritor y político Emilio Castelar lo difícil de la empresa: «Los pesadísimos cañones han acertado a subir donde solamente llegan las nubes, y desde allí, han puesto en aprieto a Setenil, a la inexpugnable Setenil, de quien dijeran los poetas que solamente podían llevársela en sus garras las águilas».

En ese trágico momento inicia su relato Sebastián Bermúdez y nos hace sentir en primera persona el dolor y el sufrimiento de los setenileños encerrados en la fortaleza, para luego retroceder en el tiempo y describir la vida cotidiana de la frontera a través de la bella Zoraima y su padre Salomón (el almotacén judío del zoco), además de las conspiraciones internas por el poder: la suicida fidelidad del imán a Granada pese al abandono de la villa, la traición y huída del último alcaide, El Cordi… Sin duda, su relato más ambicioso y complejo. En una entrevista en TVE, que podéis ver en el siguiente vídeo, relata el contexto histórico y su relevancia en la caída del Reino de Granada.

«El Garrochista. Amor, tierra y sangre», cuya presentación fue todo un acontecimiento social que podéis ver en este enlace, cuenta las mil aventuras vividas por Francisco Tudó, un setenileño del Tejarejo alistado con los garrochistas que combatieron al Ejército francés en la Guerra de la Independencia y que fueron decisivos en la primera derrota de Napoléon. La obra se inspira en los personajes del cuadro «La Rendición de Bailén» de José Casado de Alisal y narra «un viaje marcado por el amor, la amistad y la crueldad de la guerra», en el que Sebastián Bermúdez se mete en el fragor del combate. Está concebida como la primera novela de una trilogía dedicada a la lucha por la independencia, el estraperlo de Gibraltar a Ronda y el bandolerismo. A la espera de esas nuevas fabulaciones, os dejamos con su entrevista en «La ventana» de la Cadena Ser en el adiós al Algarrobo, en el que cuenta con la locuacidad que le caracteriza las divertidas anécdotas con la banda de Curro Jiménez. La banda de «superhéroes» se le presentó en su habitación durante la enfermedad que le mantuvo encamado durante los días que duró el rodaje de «El servidor de la Justicia». Como siempre que lo entrevistan, fue un formidable embajador de Setenil. Genio y figura.

Pincha en la imagen para escuchar la entrevista e «La Ventana» de la Ser a Sebastián Bermúdez.
Sebastián Bérmudez posa con los garrochistas que intervinieron en la presentación de su libro. Este mirador y el paseo adyacente llevan el nombre de sus dos libros desde hace unos días. Foto: MARÍA GUZMÁN JIMÉNEZ
Sebastián Bérmudez posa con los garrochistas que intervinieron en la presentación de su libro. Este mirador y el paseo adyacente llevan el nombre de sus dos libros desde hace unos días. Foto: MARÍA GUZMÁN JIMÉNEZ

4 comentarios en “Universo Setenil: el territorio literario de Sebastián Bermúdez Zamudio

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.