El tiempo detenido. El rescate de una época. Es la impresión que transmiten las fotos que Jean Pierre Hazée hizo de Setenil entre 1984 y 1987. A este rincón andaluz que se preparaba para entrar en la Unión Europea llegó, paradojas de la vida, un fotógrafo belga que se enamoró de las cosas más sencillas de nuestra forma de vida de entonces y que supo captar el alma de un pueblo acostumbrado a una vida dura, esforzada, que miraba la modernidad con tanta ilusión como desconfianza.
Esa primera imagen que publicó en su Facebook, la partida de dominó en el Bar Domínguez, ese claroscuro de verano, fue un fogonazo de nostalgia que nos dejó claro el paso lento e inexorable de los años. «Me impresionaba esa marca de las fichas en la mesa», me dice Jean Pierre Hazée por teléfono, «esa marca de años, día a día, citados para la partida». Es su foto favorita, pero hizo muchas otras y muy buenas, con la mirada respetuosa de quien sabe ganarse al fotografiado, de quien percibe la fuerza de la costumbre sin apenas conocer el hábito, el sitio y a los lugareños. “Me gusta más la gente que las postales”, asegura. Y se le nota.
Cuando llegó a Setenil en 1984 «no había ni donde quedarse». Finalmente se alojó en una casa de la familia Álvarez en la calle Vilches. Y repitió en sucesivas visitas. Este fotógrafo, que es gestor cultural en Lieja y ha retratado lugares y, sobre todo, personas de medio mundo, recuerda con cariño lo que más le gustó de Setenil: “La gente en la calle. Era un teatro abierto”. Y evoca cosas tan llanas como “compartir el pollo de los domingos en Las Flores, viendo a la gente con su camisa blanca, las tardes en la terraza de la piscina, la Feria en la Plaza… La vida era más sencilla”.
Son impagables esas escenas de la Plaza en su apogeo diario, en celebraciones como la Feria o la Semana Santa, el ver la vida pasar en las terrazas del Bar Palmero o La Justicia, ese café cotidiano en Calvente, esas imágenes tan naturales del día a día del Callejón, con personas conocidas y queridas por quienes vivimos intensamente aquellos años en aquellos mismos lugares. Es el Setenil que conoció y que lo encandiló y que se muestra en una exposición en el Ayuntamiento de Setenil hasta el 15 de mayo. Jean Pierre Hazée dice que está muy contento porque «la gente se ha apropiado de las fotos». Nosotros le tenemos que dar las gracias por rescatar una época ya irrepetible. Una a una, estas fotos son entrañables y significativas. Todas juntas constituyen un universo propio.
Fotos realizadas en abril de 2021, durante una breve estancia con motivo de la exposición de sus fotos en el Ayuntamiento de Setenil
El «techo» natural de las Cuevas de la Sombra. Foto: JEAN PIERRE HAZÉE.Calle cueva Jabonerías. Foto: JEAN PIERRE HAZÉE.Calle cueva Cabrerizas en 2021. Foto: JEAN PIERRE HAZÉE.Jean Pierre Hazée y su pareja. Llegaron a Setenil por primera vez en 1984 y se alojaron en la calle Vilches, en una casa de Francisco Álvarez.
2 comentarios en “Jean Pierre Hazée rescata el Setenil de los años 80”
Es una mágica retrospectiva visual, un paseo por el ayer que nos dibuja una sonrisa de felicidad y nostalgia. Me quedo con la belleza de mi primo Paco en la fotografía de la feria y la lágrima que se me ha caído al ver a mi abuelo Galampo. La pureza de las gentes, la vida de cada imagen representa ese blanco y negro que ya se alejó quedando atrás y que permanece vivo al recordar donde estábamos entonces. Tan cerca, tan lejos. Muchas gracias Pedro Andrades, Setenil late contigo.
Así es Sebastián. Pues yo me quedo con lo que acabas de comentar: la pureza, la naturalidad de la gente. El encuentro de la gente en la calle. Y es verdad que Paco está exultante!!! 🙂
Es una mágica retrospectiva visual, un paseo por el ayer que nos dibuja una sonrisa de felicidad y nostalgia. Me quedo con la belleza de mi primo Paco en la fotografía de la feria y la lágrima que se me ha caído al ver a mi abuelo Galampo. La pureza de las gentes, la vida de cada imagen representa ese blanco y negro que ya se alejó quedando atrás y que permanece vivo al recordar donde estábamos entonces. Tan cerca, tan lejos. Muchas gracias Pedro Andrades, Setenil late contigo.
Así es Sebastián. Pues yo me quedo con lo que acabas de comentar: la pureza, la naturalidad de la gente. El encuentro de la gente en la calle. Y es verdad que Paco está exultante!!! 🙂