PEDRO ANDRADES
Con mi gratitud al profesor Raúl Hoyos Cecilia, de Arriate
La conquista militar de Setenil en 1484 fue un hito decisivo en el avance de las tropas del Rey Fernando el Católico hacia Granada. Esta fortaleza nazarí estaba considerada un «nido de águilas», como lo describía Emilio Castelar: «Los pesadísimos cañones han acertado a subir donde solamente llegan las nubes, y desde allí, han puesto en aprieto a Setenil, a la inexpugnable Setenil, de quien dijeran los poetas que solamente podían llevársela en sus garras las águilas». Eso era esta temida villa de la frontera del Reino de Granada, de la que hizo una recreación virtual hace unos años el profesor Raúl Hoyos Cecilia, de Arriate, dentro de un proyecto de servicios arqueológicos. Esta simulación digital se basó en los datos de la Carta Arqueológica editada en 2009 por la Junta de Andalucía y nos permite hacernos una idea de la dimensión de las defensas de la alcazaba cuya conquista se inmortalizó en la Sillería de la Catedral de Toledo.
La fortaleza de al-Xatil, que así se llamaba, data del siglo XIII. Todos los apuntes históricos de Setenil aluden al popular libro de Marruecos denominado «Rawd al-qirtas» (El libro de compañía que entretiene en el jardín de la páginas de la crónica de los reyes de Marruecos y la historia de la ciudad de Fez), que menciona que el 22 de noviembre de 1293 el sultán de Marruecos Abu Yaqub entregó al nazarí Muhammad II las fortalezas de Algeciras, Ronda y los castillos dependientes de ambas, siendo uno de ellos el de al-Sitil o al-Xatil. Los conquistadores, de mayoría bereber, levantaron esta fortaleza que formaba parte de la Cora de Takurunna, con capital en Ronda.
Hablamos de un recinto militar con más de 500 metros de muralla y unas 40 torres, con una relevante mina-coracha (un túnel fortificado que permitía el acceso al río) y un emplazamiento estratégico que propició una merecida fama a Setenil dentro de una red defensiva formada por ciudades, fortalezas y torres que, conectadas entre sí visualmente, se extendían a todo lo largo de la frontera del único Reino musulmán que aún plantaba cara a los cristianos: Granada. Setenil tiene contacto visual directo con Olvera, y, por medio de atalayas, con Ronda y Torre Alháquime.
Las imágenes simuladas de Raúl Hoyos de la línea defensiva de Setenil nos hacen comprender mejor el contexto de la celebrada resistencia de Setenil, o por qué el infante don Fernando (tío-abuelo del Rey Católico) pasó a la historia por tomar Antequera, pero nunca Setenil, al que asedió en 1407. Es muy célebre el escarnio que sufrió en Carmona cuando en su retirada tras la humillación sufrida en nuestro pueblo los habitantes les gritan: «A Setenil, a Setenil». La fama de Setenil crece hasta que en 1484, Fernando el Católico y el Marqués de Cádiz vuelven a asediar nuestro pueblo en su avance hacia Ronda y Granada. Los setenileños llegan a tapiar por dentro la muralla en su heroica y posiblemente suicida resistencia ante ocho mil soldados a caballo, otros cuatro mil a pie y la nueva artillería traída de Italia. El 21 de septiembre de 1484 cayó la fortaleza de Setenil. De la fortaleza del Reino de Granada se conserva en buen estado un paño de la muralla de unos 130 metros, que continúa el Mirador del Lizón, la Mina-Coracha y la Torre del Homenaje, el monumento más imponente de Setenil. Podéis ver imágenes abajo.













