«Indudablemente mi rincón favorito es el Cerrillo, que es mi infancia, la inocencia, la dulzura, y calles llenas de niños jugando. Me huele a la maceta de albahaca que siempre tenía mi abuela en la ventana. El Cerrillo es el recuerdo de abuelos regañándonos por la «escandalera» mientras jugábamos a churre-media-mosque, o a la tángana o al escondite. Era escuchar las primeras cornetas de Semana Santa y salir pitando para el Carmen, para ver pasar a los músicos por la calle Ronda. Puede que esos años no fuesen tiempo de abundancia material, pero fue el tiempo más rico en felicidad. Éramos felices y no lo sabíamos…«
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PEDRO ANDRADES
Todos somos setenileños, pero muchos de nuestros vecinos tienen la surte de una doble identidad porque son, además, «cerrilleros». Tiene tanta fuerza este popular barrio que, al igual que le ocurre a Triana en Sevilla, es quizá el que muestra una personalidad más acusada y un mayor orgullo de pertenencia. Ha sido la zona de Setenil que más ha crecido y más se ha transformado en las últimas décadas, la expansión natural de un pueblo encorsetado en las costuras naturales de los tajos y el desfiladero del río, y seguramente el que muestra un mayor dinamismo. También el que posiblemente tenga la luz más bonita de Setenil, junto a La Ventosilla.
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