
“Es un lugar donde el cielo es verde esperanza. Un lugar donde la sombra de las encinas cubre de paz el desasosiego de la vida ruidosa. Un lugar donde reina el descanso, y la existencia recobra todo su esplendor. Recuerdo cuando el camino era una vereda llena de vegetación y jugábamos allí al escondite, a las chozas, a las guerras de chinos. Es una pena que ya no se pueda disfrutar de la misma manera. Desde que arreglaron el camino, la gente lo utiliza para acortar con el coche y pasan a velocidades que hacen casi imposible dar un paseo con niños por el peligro o la polvareda que levantan».
JOSÉ ANTONIO GARCÍA GARCÍA
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PEDRO ANDRADES
Así relata José Antonio García su devoción por este camino con un trazado de casi 1,3 kilómetros paseable por las familias, que discurre por una senda arbolada en algunos de sus tramos, y que finaliza en la aldea de la Venta Leches. Habitada por una cuarentena de vecinos, hito obligado en el camino a Acinipo, testigo de uno de los episodios de la rebelión de nuestros paisanos contra Napoleón en 1810 y escenario de la Romería de Setenil desde sus comienzos en 1949, José Antonio García cuenta en la siguiente entrevista en Canal Sur Radio el día a día de la vida en esta aldea orgullosa de su veneración a la Virgen de Fátima, que procesionan el 13 de mayo, o su celebración de los juanillos.
Y explica algo muy desconocido: el origen medieval del nombre de la aldea, que no proviene de ningún uso ganadero, sino que deriva de «Fuente de Elches». Un «elche» era una persona repudiada por los suyos y expulsada del asentamiento principal. Esta pedanía se formó tras la conquista de Setenil en 1484 con cristianos que ayudaron a los musulmanes. Su nombre aparece como tal en el Libro de Repartimiento de Setenil (siglo XV). Este lugar es conocido por sus aguas desde tiempos romanos, según las referencias históricas oficiales.








