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«MI RINCÓN FAVORITO DE SETENIL»
MARIO GARCÍA VARGAS
Setenil. Una ventana a mi alrededor
Mi lugar favorito de Setenil sería la zona del Río entre el charco Corral y el molino del Batán. Esta zona me evoca tremendos recuerdos de mi niñez. Ese molino, que antaño era propiedad de mis abuelos Pedro García Anaya y Francisca Ordoñez Porras, fue el lugar en que nació y vivió hasta la adolescencia mi padre Pedro García Ordoñez. Posteriormente, cuando lo llevaba mi tío abuelo Juan Ordoñez Porras, siendo yo un chaval, lo visitaba frecuentemente, sobre todo en verano, maravillado por el rugido del agua cayendo sobre el mastrén, el temor y el constante aviso de mi tía abuela: “niños no acercaros a la zúa de entrada”, se nos quedó grabado. Dormí varias veces allí y el sonido del río, que al principio resultaba atronador en la noche, acababa arrullándote.
En el charco Corral, a pocos metros del molino, nos reuníamos en verano toda la chavalería de la época. Allí aprendí a nadar, como casi todos, dejándonos caer desde la chorrera donde cubría, hasta la orilla contraria, donde la inercia del agua te llevada, apenas dabas tres o cuatro brazadas estabas a salvo, todo esto bajo la supervisión de… ningún adulto. Estamos vivos de milagro, pero nunca pasó nada.
Allí pescábamos con las manos, a veces con una canasta de las del pan, en la que no era raro que cayera alguna anguila. Una vez apareció mi tío Cristóbal con tocino y pan y preparó una hoguera bajo una covacha en la que, después de pescar, todos los zagales fuimos asando pescados y tocino alternativamente, un manjar que recurrentemente me viene a la cabeza.
El río en esta zona esta flanqueado a un lado por los tajos de la fuente del Batan y por el otro por los tajos de “Peñacaia”, todo el entorno es de una belleza salvaje, espectacular, en la que entonces no reparábamos, entretenidos como estábamos en coger ranas, tortugas y peces.
Es una zona en constante transformación, donde grandes bloques de piedra se desprenden frecuentemente, de ahí su forma tan accidentada. No hace falta remontarse a periodos geológicos para ver estas transformaciones, en cualquier momento de abundantes lluvias son apreciables. Solo espero que el proyecto de arreglo de la depuradora se lleve a cabo lo antes posible.









Es un lugar muy bonito. Yo recorrí muchas veces ese río y cuando había chorrera cogía los peces con una canasta. Mi primo Blas me enseñó. Es una alegría recordar los tiempos aquellos. Cuando recuerdo todo esto me da pena. Esos tiempos fueron muy bonitos