Pincha para ver el vídeo del recorrido por el camping realizado por Víctor M. Camacho.
PEDRO ANDRADES
#QuedaenSetenil
A un paseo del centro de Setenil y sus calles cueva, en medio de un plácido paisaje mediterráneo en el que se funden la sierra de Cádiz y Ronda, y con la ciudad romana de Acinipo al alcance de la vista, acaba de abrir sus puertas el Camping El Nogalejo, un complejo turístico con una oferta de alojamiento y de restauración de primerísima calidad. Con bungalows perfectamentos equipados, los llamativos «Barriles» traídos de Lituania (unas atractivas cabañas de madera que llaman poderosamente la atención), y amplias zonas comunes para la acampada y las caravanas en las que no faltan ni la barbacoa ni el parque infantil, El Nogalejo es una opción poderosa para el disfrute de los amantes del aire libre y de la buena cocina. Su ubicación en el vértice de los parques de Grazalema y la Sierra de las Nieves lo convierten además en una referencia para visitar la comarca y en una alternativa tranquila y cómoda para el visitante de Setenil.
El Nogalejo es la apuesta turística más significativa de los últimos años del pueblo, que vive un boom sin precedentes, y responde a la iniciativa privada de los hermanos José Antonio y Javier Sánchez Serrato, una familia emprendedora que ha tenido que vencer infinitos obstáculos de todo tipo durante cinco años para poner en marcha este proyecto, que creará al menos siete empleos directos, además de generar riqueza en otros sectores del municipio. Es un desafío en plena crisis del coronavirus del que seguro saldrán victoriosos por la calidad de su oferta y por los primeros registros: recién abiertos ya pueden colocar el cartel de lleno.












Otra apuesta fuerte de El Nogalejo es el restaurante-terraza, abierto a todo el público, que aspira a convertirse en una referencia gastronómica y un espacio de encuentro tanto para los visitantes como los vecinos de Setenil y la comarca.


Al frente de la barra estará José Manuel Fernández Piedra y la cocina la dirige Antonio Domínguez, uno de los jóvenes chef (tiene 26 años) que pide paso en los fogones de la selecta gastronomía andaluza. De familia setenileña, Antonio Domínguez hizo sus primeros pinitos en «Carmen la de Ronda» y se formó en la Escuela de Hostelería «La Fonda» de Benalmádena. Ha trabajado en prestigiosos restaurantes con estrella Michelín, como el «Sollo» del reputado Diego Gallegos, o su alter ego Arara en Fuengirola, o en el Batik, frente a la alcazaba de Málaga. Domínguez apuesta por «la cocina de la abuela con un toque nuevo», con productos de proximidad y un emplatado imaginativo. Aunque la buena carta requiere de tiempo y de la complicidad del cliente, se atreve a poner dos ejemplos de lo que se podrá comer: una carrillada tradicional con ingredientes innovadores como el… o unas croquetas de jamón con un rebozado que sorprenderá a la vista y al paladar: «Con los ojos también se come».






















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