PEDRO ANDRADES

Setenil ha registrado su primer caso de coronavirus. Y, seguramente, no será el último porque el virus está en todos lados y es algo irremediable. Y superable. La gravedad de esta pandemia ha obligado a tomar medidas de precaución sin precedentes no solo en España: la mitad de la población del mundo, 2.600 millones de personas, está confinada. Es un mal que ha sorprendido a la Humanidad… pero al que se puede vencer, aunque su coste sanitario y económico va a ser brutal.

El alcalde de Setenil, Rafael Vargas, ha hecho un llamamiento «a la calma» tras este primer caso en nuestro pueblo y, sobre todo, ha vuelto a apelar a la prudencia y la prevención. El aislamiento es la mejor medicina contra este Covid-19 y, en ese sentido, el corte de algunos carriles con vallas o montículos de arena para evitar el tráfico de coches es una medida preventiva más que acertada para limitar la movilidad de los vecinos menos disciplinados o con intereses espúreos. Siempre con alternativas de acceso para el cuidado de los animales en las parcelas. No. Setenil no está cerrado, sino que cumple con su obligación de forzar el confinamiento y controlar el tráfico. A (y de) Setenil se puede entrar y salir perfectamente por dos accesos principales: la Venta Mirabueno y la entrada del puente Zamudio. Se ha cerrado el carril de Pago Dulce, el camino de Arroyo de los Molinos y El Higuerón, además de otras calles del pueblo.

Es lamentable el periodismo mamarracho de algunas televisiones de ámbito estatal intentando parodiar «las barricadas contra el coronavirus» y a las que, por doble motivo, entran ganas de decirles… #QuédateEnCasa. O algunas lecturas torticeras que pretenden interpretar un acto de insolidaridad hacia nuestros vecinos de Alcalá del Valle, cuando las medidas están acordadas entre ambos ayuntamientos y el cariño y la colaboración entre los dos pueblos hermanos ha sido ejemplar. El drama que vive Alcalá del Valle nos concierne a todos, especialmente a los vecinos de Setenil por nuestra proximidad geográfica y nuestra afinidad familiar. Son muchas las parejas mixtas de nuestros pueblos y muchos los vínculos laborales. La historia de Setenil y Alcalá corre paralela. En estos momentos, la obligación de Setenil es esmerar las medidas preventivas y el aislamiento, que es nuestra mejor manera de contener el virus, que ataca hoy a nuestros vecinos y mañana no se sabe dónde se hará fuerte.

Es fundamental en estos momentos confiar en nuestras autoridades locales, que han demostrado una responsabilidad absoluta y una incansable lucha contra el coronavirus, apoyados en los servicios públicos y en la disciplina de un pueblo que, en estos momentos de incertidumbre sanitaria y económica, con un «estado de alarma» en todo el país, sigue estando a la altura. La continua desinfección del pueblo, la intervención de la UME, el protagonismo de los tractores, la solidaridad de los vecinos, las calles vacías, la regulación de los establecimientos públicos… Todas estas imágenes nos recordarán, cuando esto pase, que en Setenil se luchó con ahínco contra este virus tan terrible que convierte en amenazas los besos y abrazos que guardamos para entonces.