Por qué voy a votar a Manolo Benítez

En la imagen, Manuel Benítez, a la izquierda, y Rafael Vargas, a la derecha.
En la imagen, Manuel Benítez, a la izquierda, y Rafael Vargas, a la derecha.

PEDRO ANDRADES

La política tiene muy mala fama en Setenil. Es sorprendente que aquello que da o quita la felicidad y los derechos a tanta gente sea tan denostado. Tiene una explicación básica. En Setenil muchos interpretan que cuando alguien habla de política es que está buscando algo. Ese algo es colocarse en el Ayuntamiento o apañar negocios en la «olla grande». Ha sido una práctica común. Concejales henchidos de ideología que desaparecen de la esfera pública en cuanto no cobran un sueldo municipal, o recién llegados que dan lecciones de compromiso con la fe del converso. A mí me apasiona la política y también me gusta romper tabúes. Y creo que tengo no solo el derecho y la libertad sino también la obligación de manifestar públicamente a quién voy a votar en un momento tan importante para Setenil. Sin más ánimo, eso sí, que el de la transparencia y el de ser sincero conmigo mismo y con la gente que me sigue desde hace seis años en Imagina Setenil.

En las últimas elecciones voté a Rafael Vargas. Más allá de las siglas, me parecía que Setenil necesitaba un cambio y un estímulo después de más de tres décadas de gobierno de una misma persona. Hace tan solo un lustro Setenil era (casi) un hermoso cementerio. Si entonces le hubieran dicho a los vecinos que no se cabría en Las Cuevas, que los bares estarían atestados, que nos adorarían los japoneses,  coreanos, americanos, que The Times recomendaría nuestro pueblo… lo más bonito que se vociferaría en la barra de los bares es un «tú estás chalao». Es imposible. Fantasías. Bueno, pues eso ha ocurrido. ¿Somos más tontos que los de Grazalema y Vejer o es que hay que creer en las posibilidades de Setenil? Todo el mundo sabe lo que ha pasado: Setenil ha sido el municipio andaluz que más ha salido en televisión y el que mejor ha sabido aprovechar las redes e internet para proyectarse como destino turístico.

En este tiempo he procurado colaborar con el Ayuntamiento gestionado por Rafael Vargas para dar un salto cualitativo y relanzar la apuesta por Setenil con el apoyo de las instituciones. Y tengo que lamentar las oportunidades perdidas. Estoy totalmente convencido de que se podía ir mucho más lejos porque la realidad nos muestra de una manera abrumadora que la fuerza del turismo es imparable y requiere de un gobierno con fuerza que lo afronte, para convertir este fenómeno en una solución a nuestras aspiraciones y no en un problema. Ser más ambicioso y extender el fenómeno de las Cuevas del Sol a buena parte del pueblo. Los vecinos conocen lo que he hecho. Pero yo sé también, sin falsa modestia, lo que puedo hacer. Hasta llegué a firmar un convenio de colaboración para la promoción de Setenil que contenía una única cláusula: cobraría cero pesetas por ello. Lamentablemente, el desinterés por dar este paso se manifestó muy pronto y cayeron en el olvido proyectos para difundir la imagen de Setenil y su Semana Santa, desarrollar nuevas rutas como la de las Calles Cuevas, los Reyes Católicos, Setenil de Cine y otras que suponían un alternativa a la saturación del centro y una oportunidad de negocio y de conocimiento de nuestro maravilloso paisaje urbano.

Está claro que Setenil vive un momento histórico y que no puede permanecer de brazos cruzados ante este boom, que también está afectando a la calidad de vida de los vecinos, y, en algunos casos, a los hábitos (a ver quién se puede tomar una tapa en Setenil sin más) y a la propia identidad de las calles más emblemáticas. Setenil no puede caer en la cómoda contemplación del fenómeno y dejar que la falta de planificación y de ordenación del turismo devore nuestro pueblo y nuestra identidad. Hagamos compatible el desarrollo con un pueblo habitable, humano, reconocible, con algún reclamo más que esas terrazas de bar que tanto me gustan. Hay que preservar la esencia, el patrimonio actual, y evitar que la saturación y la aglomeración desnaturalice Setenil y fomente el desarraigo de los setenileños de sus lugares más significados. ¡Si hay gente en Setenil que ya no pisa las Cuevas por la saturación! No podemos cometer lo mismos errores de ciudades que han convertido su centro en un museo ajeno a la vida de sus vecinos: lo que llaman gentrificación. Si no se hacen cambios estructurales que eviten el tráfico y organicen los servicios… en tres años Setenil será un pueblo museo de turistas.

Setenil corre el peligro de morir de éxito, de tirar por la borda lo que ha conseguido en estos años. Está necesitado de ideas transformadoras que permitan una mejor gestión de los miles y miles de visitantes que llegan, ideas que sienten las bases de un desarrollo planificado y eviten la peligrosa saturación del pueblo, que lo haga más habitable y que genere empleo para los vecinos más allá del corsé de las Cuevas del Sol. En un artículo anterior he explicado lo que me ha impresionado el ambicioso proyecto que ha presentado Manolo Benítez, que supone una transformación sin precedentes para nuestro pueblo pero, a diferencia de lo que algunos han querido entender, creando infraestructuras que preservan precisamente nuestro patrimonio más preciado, que son las Cuevas. El giro de la Cantarería que propone es la llave para desahogar el tráfico de las Cuevas y una oportunidad para vincularlas con la zona alta, además de una mejora evidente para hacer un mirador rebajando la altura de la albarrá (esta idea se la escuché por primera vez a Chema Anaya) o de prestigiar la Carrerra Oficial de la Semana Santa. El proyecto del Carmen es urbanizar de una manera muy sencilla una hermosísima plaza castigada por la presencia del mamotreto del antiguo colegio. La Puerta de Setenil (cubrición de un tramo del río para general un bulevar y una plaza de entrada) es una idea brillante que potenciará y ordenará el caos de esa zona saturada, al igual que el proyecto del Carro. El parque de Los Cortinales soluciona el abandono de tres años de este recinto donde nació el antiguo Setenil. Dejar exento el Torreón es una idea que viene de largo y que mejorará sobremanera La Villa y la propia percepción de nuestro emblemático monumento. El proyecto del azud (una presa, para entendernos) de Las Cabrerizas, sobre el que he escuchado muchos chistes, funciona desde hace años con enorme éxito en Zahara de la Sierra y logra miles de visitas en varios municipios de Los Pedroches. La recuperación de las Cuevas Román, la Escuela Taller del Tejar o el carril bici son fórmulas muy prácticas de integrar nuestro perímetro natural en el pueblo y de conectarnos con Olvera y Alcalá. Acinipo es una joya que sigue en auge al margen de Setenil, el pueblo más cercano.

¿Que hace falta dinero? Hombre, claro. El dinero no viene solo. Hay que buscarlo y tener puertas a las que llamar. Para llevar a cabo proyectos ambiciosos a la altura del tirón que vive Setenil no basta con albergar buenos sentimientos, ser atrevido o simpático, sino que se requiere experiencia, contactos y tener capacidad administrativa. Manolo Benítez ha demostrado durante la campaña la excepcional cartera de apoyos públicos con la que cuenta: nada más y nada menos que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, han garantizado públicamente el apoyo a sus proyectos. Esto es algo excepcional, que no he visto nunca en un pueblo de nuestras dimensiones.

Por primera vez en mi vida, un candidato se ha dirigido a mi para debatir su proyecto, someterlo a la crítica y a la mejora, y he sellado un compromiso con él para relanzar la promoción de Setenil. Durante la campaña, he observado que ha hecho lo propio con otros colectivos del pueblo. Con quien no se le ha podido ver es en un debate cara a cara con Rafael Vargas. Un debate entre los candidatos es un derecho de los vecinos que no se le debe escamotear a la democracia. ¡Lo que hubiéramos escuchado si esto ocurre hace cuatro años!

Por todo esto voy a votar a Manolo Benítez. Y por un motivo personal añadido: A Manolo lo conozco de hace años y sé que es una buena persona, un tío honrado y con principios. No le deseo a nadie que sufra los bulos y la mentiras infames que algunos por acción u omisión han consentido. Dicho lo cual, ¡suerte Setenil y que cada cual vota a quien quiera!

El autor del blog, en un encuentro con Manolo Benítez para sellar un compromiso de promoción de Setenil.

2 comentarios en “Por qué voy a votar a Manolo Benítez

  1. Normalmente intento alejarme lo posible de discusiones políticas a cualquier nivel y de las guerras absurdas a las que te expones en redes sociales, blogs, foros… Entre otras razones, es por esto que no utilizo ninguna. Pero hoy merece la pena, y no me abriré un Facebook para la ocasión, sino que utilizaré tu blog político-cultural, ya que brinda la oportunidad bajo estas líneas tuyas tan inspiradoras. Merece la pena porque anoche, después de que la mayoría absoluta de nuestro pueblo dejase claro que no somos bobos, gente como tú quedó con el culo al aire. Gente como tú, que fue pidiendo el voto para una política de amiguismos y enchufismo que tanto daño hace en Andalucía y que tanto gusta en la ‘capital’. Gente como tú, que tomó por lelos y borregos (ojo quede claro que no estoy llamando a nadie ésto último) a los habitantes de éste nuestro pueblo al que tanto amor profesas, vendiendo un proyecto innecesario y asfixiante para un pueblo que tiene otras necesidades y prioridades más importantes que las de ese megalítico vídeo 3D. Gente como tú, que tras haberse ‘quedao planchaos’, alomejor os da por recurrir a las querellas cuando vuestros vecinos os digan lo que piensan de vosotros. Gente como tú, que no sabemos que chaqueta se pondrá dentro de cuatro años, si la del interés propio o la del bien común.
    Un saludo, Antonio Porras Ordóñez.

    1. Nunca he publicado en este blog un comentario que insulte o recurra a descalificaciones personales. Como en esta ocasión me alude, haré una excepción. Sin que se convierta en costumbre, claro. Hace seis años, en sus difíciles inicios (ni había nacido Imagina Setenil ni había tantos turistas), desde el mismo bar en el que trabaja Antonio Porras se me pidió ayuda porque entendían que el entonces alcalde, al que nadie le tosía, los estaba acosando y boicoteando. El entonces bloguero Rafael Vargas había realizado una crítica política y lamentaba que el todopoderoso alcalde de entonces no distinguiera una crítica política de la consideración personal. Que años después y con los papeles cambiados se reproduzca la situación es lamentable. El agradecimiento es una actitud personal. El respeto es un derecho de todos. Quiero atribuir este comentario (y otros muchos) más al ímpetu de la juventud y el despiste democrático que a una presión desde el entorno del propio alcalde. En Setenil en los últimos tiempos parece que si muestras una opinión que puede favorecer a unos eres fetén y si, es al contrario, eres un traidor o un chaquetero en lugar de una persona libre con criterio propio que no necesita ni consignas ni está a sueldo del ayuntamiento ni debe nada a nadie. A ver si no va a poder votar cada uno lo que se salga de las urnas. Penoso el encanallamiento de la opinión pública en Setenil. Por cierto, aprovecho para felicitar a la lista ganadora que ha obtenido una inapelable triunfo y, especialmente, al que repetirá como alcalde, Rafael Vargas, y deseo que tanto el partido ganador como el partido que ejercerá la oposición sean capaces de contribuir a la educación democrática en nuestro pueblo.

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