
PEDRO ANDRADES
Setenil esconde rincones tranquilos y sorprendentes que son una invitación al paseo, más allá de las impresionantes Cuevas del Sol y de la Sombra, tan de moda merecidamente. En este artículo voy a recopilar las fotografías que nos proponen un recorrido interior, sin prisas, por un pueblo casi desierto a diario y abrumado los fines de semana por el turismo de aluvión, un itinerario por ese “Setenil entre mil, delirio de albañil” que escribió Gerardo Diego. De la soleada Ventosilla a las empinadas cuestas de La Laera, del antiguo puente de la calle Triana a las enigmáticas Jabonerías, del dormido río Guadalporcún a las Calcetas, de la Plaza de Andalucía a la calle Vilches y Los Espinillos, de la calle Mina al puente de Zamudio, de las Cuevas del Sol a los Capuchinos o el Cerrillo. Son algunos de los rincones con encanto de Setenil. Hay más. Arranco con esta foto de La Ventosilla.