PEDRO ANDRADES

La Semana Santa de Mario García Vargas siempre es diferente. Después de tantos años haciendo las mejores fotos de esta celebración tan especial para los setenileños, resulta fascinante que descubra nuevos perfiles inimaginables como esa estampa del paso del Amarrao y del Silencio por el arco de la Villa con las Cabrerizas al fondo. Esos momentos previos que nos muestran de una manera tan distinta la Iglesia de la Villa, con su maravillosa luz natural y su arquitectura recuperada, o la ermita de San Benito pletórica a la espera de la salida de Padre Jesús. Esas imágenes de los tronos embutidos en los pasadizos del Cantillo y el Antiguo Ayuntamiento, y esos novedosos planos cenitales del paso de las procesiones. El esfuerzo de los hombres de trono en el giro del palio en la Cantarería el Viernes Santo. El Santo Entierro bajo las desconocidas ventanas del templo o su solemne visión en la Cantarería con la fortaleza de destino al fondo. Y, desde luego, muy hermoso su particular homenaje al cincuentenario de La Soledad, con esas brillantes postales nocturnas. Gracias por regalarnos tanto. En el siguiente enlace de su blog «Setenil. Una ventana a su alrededor» podéis (y debéis) verlas todas. Y recordad que una antología de sus mejores imágenes se puede disfrutar durante toda la primavera en el Torreón nazarí.