
PEDRO ANDRADES
En el 30 Aniversario del fallecimiento de Gerado Diego
A Gerardo Diego (1896-1987), uno de los referentes de la Generación del 27 (Lorca, Alberti, Cernuda, Aleixandre, Dámaso Alonso…) le debe Setenil la frase más bonita y evocadora que se ha escrito de este pueblo: «Setenil de las cuevas / donde el cielo es de roca». El poeta que compartió el Premio Cervantes ni más ni menos que con Borges debió encandilarse de este pequeño rincón gaditano «escondido en un pliegue», «delirio de albañil», «topo de luz», «consuelo y limbo del divino Orfeo», «único Setenil», que conoció en mayo de 1959. El poeta cántabro participó en unas jornadas literarias en Cádiz y aprovechó con algunos colegas para visitar varios pueblos de la serranía: Arcos, Ubrique, Villaluenga, El Gastor, Setenil, Ronda… Su poema dedicado a Setenil apareció en «El Jándalo (Sevilla y Cádiz)», escrito ese mismo año y publicado por Taurus en 1964. Nunca nadie logró una definición más precisa y brillante del singular paisaje urbano de Setenil.
SETENIL
Ay, Setenil, Setenil
escondido en un pliegue y sin repulgo.
Ángel blanco caído
pensando en un vuelo de estuco.
Setenil de las cuevas
donde el cielo es de roca
y el silencio, de sueño de piqueta.
Setenil, topo de luz,
nutria en lecho de anís y almoraduj.
Setenil entre mil,
delirio de albañil,
único Setenil de los libros con firma,
consuelo y limbo del divino Orfeo.
Reine en olvido y paz
benigna Proserpina.

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