El duro exilio de cinco setenileños que sufrieron los campos de concentración

Tobalito Andrades, José Ramos y Maruja Andrades. Foto cedida por MARÍA JOSÉ GARCIA RAMOS.
Tobalito Andrades, José Ramos y Maruja Andrades. Foto cedida por MARÍA JOSÉ GARCIA RAMOS.

PEDRO ANDRADES

En el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto quiero recordar a cinco setenileños que sufrieron el exilio, que tuvieron que abandonar su pueblo y a sus familias, y que penaron en campos de concentración de Francia y Alemania por culpa del golpe militar franquista. Pedro Domínguez Ramos (Prisionero nº 4876) falleció a los 31 años en el terrible campo de Mauthausen (Austria), donde murieron unos cinco mil españoles. Allí también estuvo preso Juan Velasco Camacho (prisionero nº 6695), que sobrevivió al exterminio nazi. En otro centro de internamiento de Francia, en la playa de Argelès-sur-Mer, encerraron entre alambres de espino y en condiciones inhumanas a unos cien mil españoles que huían de la guerra. Allí estuvieron Cristóbal Andrades, su hermana Maruja y José Ramos González, antes de que los enviaran a trabajar a los Pirineos, donde combatieron a los nazis, siempre con la convicción de que esa lucha devolvería la democracia a España. José Ramos, militante de UGT y padre de nuestra vecina Vicenta Ramos, está enterrado en Pau, donde acabó sus días tras un largo destierro.

La familia de José Ramos en Setenil guarda con cariño la correspondencia que les envió durante muchísimos años, mostrando una exquisita sensibilidad y preocupación por la educación. En Pau vive su íntimo amigo Tobalito Andrades (mi tío abuelo), el último superviviente (tiene 96 años) de los guerrilleros que consiguieron la rendición de los nazis en el valle francés de d’Ossau, lo que significó el cierre de este paso por los Pirineos. Fue un episodio que le hizo merecedor en 2007 de la Medalla de la Resistencia instaurada por Charles de Gaulle. Maruja Andrades también ha fallecido en Tandil (Argentina). En el exilio conoció y se casó con Eulogio Garijo, un joven de Cervera a quien la liberación del campo de Mauthausen en mayo de 1945 salvó de una muerte segura. Garijo comía, cuando tenía suerte, la ración del perro del Capo, sobrevivió a las palizas y a los terribles trabajos de la cantera, a los caprichosos disparos con los que se entretenían los niños alemanes criados en el campamento, a la visión de los presos que se arrojaban contra las alambradas electrificadas para poner fin al sufrimiento. Cuando era como tantos otros casi un despojo humano, apenas un amasijo de huesos y tendones, llegó una patrulla de 23 soldados americanos a ese escenario del horror y le salvó de una muerte segura. Apenas 15 años después, ya instalado en Argentina, hizo una primera visita a Setenil a conocer a la familia de Maruja Andrades.

José Ramos González y Tobalito Andrades, en los Pirineos. Foto cedida por la nieta del primero, MARÍA JOSÉ GARCÍA RAMOS. Formaron un grupo de seis guerrilleros en la compañía de trabajo en la que los destinaron, que fue una central eléctrica en Fabréges. De ahí, pasaron a formar parte de la Brigada Diez y constituir tres maquis en los Pirineos. Hasta que en 1944 consiguieron la rendición de los nazis que se asentaban en Eaux Bonnes y en Gabas.
José Ramos González y Tobalito Andrades, en los Pirineos. Foto cedida por la nieta del primero, MARÍA JOSÉ GARCÍA RAMOS. Formaron un grupo de seis guerrilleros en la compañía de trabajo en la que los destinaron, que fue una central eléctrica en Fabréges. De ahí, pasaron a formar parte de la Brigada Diez y constituir tres maquis en los Pirineos. Hasta que en 1944 consiguieron la rendición de los nazis que se asentaban en Eaux Bonnes y en Gabas.
Eulogio Garijo, superviviente del campo nazi de Mauthausen, se casó con la setenileña Maruja Andrades. En la imagen aparece en medio de Pedrín (sobrino de su mujer) y su cuñado Juan Andrades, en una fotografía tomada en el bar que tenía mi padre en la Plaza. Fue durante el primer viaje que hizo a nuestro pueblo, en 1960, quince años después de sobrevivir al infierno nazi. Volvería en la década de los ’80. A la derecha, portada del libro “Los cielos de piedra”, escrito por su hijo Ricardo Garijo, y editado por Libros en Red. Más información en este enlace http://bit.ly/1qByceZ
Eulogio Garijo, superviviente del campo nazi de Mauthausen, se casó con la setenileña Maruja Andrades. En la imagen aparece en medio de Pedrín (sobrino de su mujer) y su cuñado Juan Andrades, en una fotografía tomada en el bar que tenía mi padre en la Plaza. Fue durante el primer viaje que hizo a nuestro pueblo, en 1960, quince años después de sobrevivir al infierno nazi. Volvería en la década de los ’80. A la derecha, portada del libro “Los cielos de piedra”, escrito por su hijo Ricardo Garijo, y editado por Libros en Red. Más información en este enlace http://bit.ly/1qByceZ

Más información y testimonio oral en

Cristóbal Andrades, un setenileño contra los nazis

Del campo nazi de Mauthausen a Setenil

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