«Cuevas de la sombra. Setenil de las Bodegas». Óleo (54×65 cm) pintado por Amalio García del Moral hacia 1970, dentro de su colección de “Paisajes con alma”, en la que aparece junto a cuadros de Guadix, el puente de Triana o La Alhambra. Los burros que se ven en la imagen son los que utilizaba Gonzalo el del Pan para el reparto. Amalio no concebía el paisaje sin la presencia humana. Imagen cedida por la Fundación Amalio. La foto del cuadro es de ÁNGEL MEDINA. Más información aquí http://goo.gl/hHznGi
PEDRO ANDRADES Con mi gratitud personal a María José García del Moral, Manuel Caballero y Juan Diego Castaño por su generorísima cesión de los cuadros de Amalio. Al Ayuntamiento por la calurosa acogida y el respaldo a la propuesta de Imagina Setenil. A Los Blancos por su constante colaboración. A Jose el Chiclanero por su esfuerzo y celo en el montaje de la exposición.
Estamos ante un evento cultural inédito en Setenil y ante un lujo para la comarca de Ronda y la Sierra de Cádiz. Seis cuadros de un artista de la talla de Amalio García del Moral (Granada 1922-Sevilla 1995), al que llaman «el pintor de la Giralda» o el «Lorca de la pintura», se pueden disfrutar en el Torreón medieval hasta el 5 de junio dentro en la exposición «Paisajes con alma». Son algunas de las vistas de la serie del paisaje andaluz, 45 cuadros de la geografía andaluza desde Ayamonte hasta Almería, que Amalio realizó en 1970 para la prestigiosa Fundación Juan March de Madrid, en la que incluyó un precioso óleo de «Las Cuevas de la Sombra».
También se exhibe en la muestra otra pintura vanguardista sobre Setenil en la que este autor evidencia su asombro por la «insólita» amalgama que forman los tajos («pétreas y monumentales viseras por encima de las fachadas») y las calles cueva, a las que se refirió en sus escritos: «Uno de los pueblos insólitos de la sobrecogedora Andalucía, (…) levantado entre rocas y tajos. Su calle mayor es el propio río Guadalporcún». Son las dos obras sobre nuestro pueblo que conserva la Fundación Amalio, aunque este artista polifacético pintó un tercer óleo (se vendió en 1969 en una exposición en el Hotel Alhambra Palace de Granada a una compradora de Illinois, Mrs Theo Lang) y realizó un grabado que adquirió una empresaria británica asentada en Isla Cristina. La exposición, una iniciativa conjunta de la Fundación Amalio, Imagina Setenil, el Ayuntamiento y la Hermandad de Los Blancos, se inauguró el domingo 15 de mayo con la presencia de la familia del pintor y la Delegada de Cultura de la Junta en Cádiz, Reme Palma, y permaneció abierta un mes.
«Espejo de mí mismo. Autorretrato». Amalio García del Moral (Granada 1922, Sevilla 1995) se vio a sí mismo pintando la Giralda, a la que dedicó buena parte de su obra. Este autorretrato fue realizado un Jueves Santo cuando el autor tenía 53 años. Lo ejecutó delante de un espejo, de ahí que parezca que pinta con la mano izquierda. El periodista José María Requena lo definió como «andaluz total». Imagen cedida por la Fundación Amalio.
Representación vanguardista de Setenil de Amalio García del Moral, que también se puede ver en la exposición del Torreón. En sus escritos, Amalio se refiere a las Cuevas del Sol y la Sombra y habla de las atracciones de feria, que en aquellos años se ubicaban en el río, en las Cuevas del Sol. Posiblemente sea una de estas calles las que inspiró este cuadro, que lejanamente recuerda también a Las Cabrerizas. Imagen cedida por la Fundación Amalio.
Grabado de Amalio García del Moral sobre Setenil. Su propietaria es una empresaria británica afincada en Isla Cristina. Imagen cedida por la Fundación Amalio.Documento de la venta del cuadro «Setenil de las Bodegas» a una compradora de Illinois tras su exposición en el Hotel Alhambra Palace de Granada. Cedido por la Fundación Amalio.Amalio se refiere a Setenil como «uno de los pueblos insólitos de la sobrecogedora Andalucía». Así figura en su estudio del paisaje andaluz para la Fundación Juan March de Madrid.
Inauguración de la exposición «Paisajes del Alma» en el Torreón medieval de Setenil, abierta desde el 15 al 30 de mayo. De izquierda a derecha, María José García del Moral (hija del pintor), Juan Diego Castaño (comisario de la muestra), Manuel Caballero (Gerente de la Fundación Amalio), Reme Palma (delegada de Cultura de la Junta), Rafael Vargas (alcalde de Setenil), Sebastián Luque (Hermano Mayor de Los Blancos) y Pedro Andrades. Foto: PEPA PACHECO.Detalle del Torreón engalanado con la banderola de la exposición «Paisajes del Alma». Foto: ÁNGEL MEDINAPosado ante el cuadro «Cuevas de la Sombra». De izquierda a derecha, Sebastián Luque, Virginia Villalón (concejala de Cultura), Isabel Conde (pintora), Pedro Andrades, María José García del Moral, Rafael Vargas, Juan Diego Castaño, Reme Palma, Manuel Caballero y Angel Medina.Lateral del Torreón, con los absidiolos revestidos para respetar su fisonomía. En la imagen aparecen los dos cuadros expuestos de Setenil.El comisario de la exposición, Juan Diego Castaño, explica los detalles del cuadro «Setenil de las Bodegas». Setenil de las Bodegas, obra de Amalio García del Moral. Probablemente, una visión vanguardista desde el puente de Zamudio del Corro. Foto: ÁNGEL MEDINA.Guajar Faragüit. Foto de ÁNGEL MEDINAPaisaje. Foto. ÁNGEL MEDINAGuadix. Foto: ÁNGEL MEDINA.Paisaje. Foto:ÁNGEL MEDINA LAÍn.
Amalio es un artista tan inclasificable por su variedad de estilos como identificable por la personalidad de su pintura. Tiene obra en el Museo Reina Sofía de Madrid («El pan encadenado«) o en la Casa de Alba, pero por fortuna el grueso de su creación puede verse en la Fundación que lleva su nombre, en pleno corazón del Barrio Santa Cruz de Sevilla. En su colección permanente hay cuadros tan fascinantes como «Andaluces de carga» (en el que representa a jornaleros tratados como animales), «Mi muerte nace conmigo», «Sevilla güena» (una visión inquietante del mundo del toreo), «Pobre desmontable» o la serie «El mundo de Esperanza», que plasma la dignidad y el sufrimiento de los gitanos, la Andalucía profunda, ese luto sobre la cal que tanto retrató Amalio. En esta serie, la vieja vendedora de lotería será la modelo que más se repita. «Mis gitanos callan. Están. Son pobres gentes hechas a todas las miserias», dice el propio artista en una entrevista.
También retrató con gran acierto sicológico a ilustres personajes de la cultura, como el poeta Juan Manuel Vilches en su enfermedad o al periodista Jose María Requena, quien le calificó de «andaluz total». Y, por supuesto, laGiralda, que aparecía de forma obsesiva en todos sus cuadros y a la que dedicó la colección “Los 365 Gestos de la Giralda”, con equivalente número de obras. Tal era el embrujo de la torre almohade, que Amalio adquirió una casa en «en el bellísimo pecado de la Plaza de Doña Elvira» para ver desde su estudio cada día, cada momento, este maravilloso minarete del que dejó representaciones en todos los formatos concebibles. La Giralda como símbolo de la obra de un intelectual polifacético que fue poeta y profesor en las Universidades de Madrid y Sevilla, artista con una sincera sensibilidad social y un tema recurrente: Andalucía.
«Andaluces de carga», una obra que denuncia el trato a los trabajadores del campo andaluz.
«Sevilla güena». Su inquietante visión del mundo del toreo.«El pan encadenado». Forma parte de los fondos del Museo Reina Sofía. Obra de denuncia social en la que aparece su modelo Esperanza Suárez Montoya, una vendedora de Lotería en el barrio de Santa Cruz, viuda y con 12 hijos. Esperanza aparece enlutada, junto a su hija y con la mano en la boca. El resto de los personajes, hombres del sur que trabajan y callan, mientras el pan encadenado, en la parte superior del cuadro es solo disfrutado por unos pocos. Imagen de la Fundación Amalio.«Giralda árabe». Uno de «Los 365 gestos de la Giralda».El mundo de Esperanza plasma la Andalucía negra que tanto retrató Amalio. En esta serie, la vieja vendedora de lotería, gitana, será la modelo que más se repita. Esperanza calla y medita. «Están. Son pobres gentes hechas a todas las miserias», escribe el propio Amalio de los gitanos.«Mi muerte nace conmigo».«Pobre desmontable». Este cuadro se enmarca en lo que los críticos han calificado como realismo simbólico. Esto decía el propio Amalio en una entrevista con Manuel Olmedo: «Como un símbolo para un determinado sector de la sociedad, ahí está, por citar tan sólo uno de mis cuadros, mi “Pobre Desmontable”, la joven y dulce mujer enlutada, seccionada en dos partes, a las cuales une y sujeta un grueso tornillo, que puede ser transportada con gran facilidad para que figure en concentraciones, procesiones, romerías…, en las que no deben faltar los pobres».«Cuajos del alma».«Guadix». Su visita a esta población le provocó un fuerte impacto. Hizo una nueva versión con «Los oprimidos», en la que salían puños desde las chimeneas para reflejar con crudeza la tremenda realidad andaluza de aquellos años.«Retrato de Fray Antonio García del Moral, hermano mío y de los pobres». En 1970 encarcelaron a su hermano dominico por protestar por la represión en una huelga de la construcción en Granada, en la que murieron tres trabajadores y resultaron heridos más de una treintena. Esto azuzó la conciencia social de Amalio.«Guajar Faragüit», otro de los cuadros expuestos en el Torreón. El periodista Requena destacó el esfuerzo de Amalio «en ese continuo y justiciero propósito de interpretar los paisajes andaluces más olvidados».«La novia». El poeta Juan Manuel Vilches, retratado por Amalio cuando ya estaba enfermo. Era uno de los escritores del grupo «El Gallo de vidrio». Amalio, además de pintor, era escritor.«Giralda arriada». Amalio pintó y representó a la Giralda en todos los materiales y situaciones imaginables.«Alquibla», el taller del pintor con vistas a La Giralda. Su particular «meca».Foto: JACKY KOOKER.La Giralda vista desde la sede del Fundación Amalio, donde se organizan numerosas actividades. «Su casa», escribe el periodista Manuel Barrios, «con los balcones abiertos al bellísimo pecado de la Plaza de Doña Elvira».
Abajo podéis ver un vídeo sobre la Fundación Amalio.
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