PEDRO ANDRADES
La cochinilla del carmín, un colorante muy rentable para el negocio de la industria textil y la cosmética, amenaza de muerte el hermoso paisaje de las chumberas en toda Andalucía, una desgracia ambiental y paisajística de la que no se ha librado Setenil. Nuestro pueblo ha perdido en los últimos meses, desde 2014, el salvaje verdor de esta planta tan característica, que ahora languidece de manera triste, cubierta por una masa blanca, en calles como Las Cabrerizas. La cohinilla apareció por primera vez en el verano de 2007 en Murcia y la plaga se extendió rápidamente a Andalucía por Almería. Es una especie invasora que procede de América Central y que se cría, desde 1820 y de forma controlada (se supone) en las Islas Canarias. Su destino es el carmín de labios, telas, bebidas o chucherías. Pero hoy en día se ha convertido en una amenaza letal para uno de los símbolos del paisaje andaluz, las chumberas. ¿Tendremos que decir adiós al higo chumbo?
Las administraciones alegan que no pueden actuar, porque se trata de una especie que vino de América y no la consideran autóctona. Su recomendación es arrancarlas de raiz, en al confianza de que vuelvan a crecer por sí mismas. Este domingo 3 de abril lo ha explicado el programa «Tierra y Mar» de Canal Sur TV, con el caso de Setenil como ejemplo. En este asunto el Ayuntamiento ha actuado con rigor, como explicamos en un artículo anterior, «Setenil restaura su mejor monumento: los tajos«. Pero no tenemos la certeza de que las chumberas vuelvan a crecer vigorosas en nuestras calles y tajos, como las vimos, por ejemplo, en el capítulo de Curro Jiménez que se grabó en Las Cabrerizas.
Que pena porque además de perder un bonito paisaje, también se pierde el buen sabor de los chumbos.