Susana Díaz y el «nuevo tiempo» en Setenil

La presidenta andaluza, Susana Díaz, posa en las Cuevas del Sol con el alcalde de Setenil, en un acto de la campaña electoral para las elecciones autonómicas de 2015. Díaz seguro que no verá otro pueblo más original en todo el recorrido de la caravana.
La presidenta andaluza, Susana Díaz, posa en las Cuevas del Sol con el alcalde de Setenil, en un acto de la campaña electoral para las elecciones autonómicas de 2015. Díaz seguro que no verá otro pueblo más original en todo el recorrido de la caravana.

PEDRO ANDRADES

La presidenta andaluza, la socialista Susana Díaz, es percibida por la opinión pública como el último fenómeno de la política española junto al líder de Podemos, Pablo Iglesias. Díaz es zalamera en el trato personal y propensa al saludo trianero, y, posiblemente, la dirigente con mayor capacidad de comunicación que hay en estos momentos en el erial de la política española. Lo primero lo pudieron comprobar los vecinos de Setenil, a los que se acercaba durante el paseo electoral por las Cuevas del Sol con el que la caravana del PSOE arrancó una apretada jornada con actos en cuatro municipios gaditanos. Los periodistas que desayunaron en esta calle se quedaron sorprendidos por la imponente cubierta de roca. Lourdes Lucio (El País), escribía en su twitter, uno de los más seguidos de la política andaluza: «La candidata socialista en el precioso pueblo de Setenil«. Otros, como Carmen Benavides, Chesco y Manuel Pérez de Alcázar, de Canal Sur TV y Radio, colgaban fotos delante del Bar Frasquito. Ninguno pudo llevarse un folleto ni curiosear en la inexistente web oficial algún dato más sobre este prodigio de pueblo que estaban visitando, un pueblo que vive una eclosión turística de las que hacen historia y que sigue anclado de manera incomprensible en el subdesarrollo digital público.

Susana Díaz apenas estuvo una hora en Setenil, algo habitual en período electoral, y en ese tiempo casi no hay ocasión para algo más que constatar que no verá un pueblo más original en toda la campaña. Su presencia es muy disputada entre los dirigentes socialistas que se enfrentan a un difícil calendario político. En su partido confían hasta tal punto en ella, que desde los tiempos de Felipe González no se había personalizado tanto una campaña: «#YoconSusana«. Díaz, a la que muchos calificaron en un principio como «nini» por su carencia de bagaje profesional, ha conseguido patentar «el nuevo tiempo» como argumento de renovación frente al empuje de Podemos y el cabreo del electorado hacia los grandes partidos. Lo hizo cuando se marchó el expresidente José Antonio Griñán, hace poco más de año y medio, en pleno escándalo de los ERE. Griñán se despidió en el Parlamento andaluz con este discurso que aludía al necesario cambio de la generación de la Transición a la que él mismo pertenece: «Cualquier servicio público, cualquier oficio, se anquilosa si no incorpora savia nueva. (…) No puede ser que la sociedad cambie, que los retos cambien, que los problemas sean nuevos y que los dirigentes de un proyecto social, político o económico no sean solidarios con ese cambio. Sólo nuevos pilotos nos llevarán a nuevos horizontes«. Más allá fue Pedro Sánchez, el secretario general del PSOE, al referirse a Rajoy: «Un político del pasado, de los últimos 35 años».

Susana Díaz alardea tanto de su acierto con «el nuevo tiempo» que hasta recordó la paternidad del concepto cuando el Rey Felipe VI se apropió del lema en su reciente Coronación. Este pasado miércoles, la gobernante socialista hizo campaña en Setenil de la mano de Cristóbal Rivera, que ya era alcalde cuando Susana Díaz ni siquiera había hecho la primera comunión, como apunta en su crónica de campaña el periodista Juan Manuel Marqués Perales (Diario de Cádiz). En 1983 la presidenta tenía 9 años. Que un gobernante lleve más de tres décadas en el cargo es una excepción que en Andalucía sólo comparte Cristóbal Rivera con Juan Manuel Sánchez Gordillo (Marinaleda, IU) y Francisco Toscano (Dos Hermanas, PSOE). Paradojas de la política: ¿Es bueno para Setenil lo que es malo para el resto de Andalucía y España?

TRES DÉCADAS
En estos 32 años, Cristóbal Rivera ha vivido distintos ciclos. Como en tantos otros municipios andaluces, el PSOE tuvo el enorme mérito de hacer la primera transformación de un pueblo sumido en el subdesarrollo y con una escandalosa falta de servicios públicos. Eran los tiempos en que Felipe González bromeaba con aquello de que su último cargo sería el de alcalde de Setenil. Era la época en que las aspiraciones políticas de Cristóbal Rivera pasaban por ocupar un escaño que nunca llegaba en el Parlamento andaluz y que se redujeron a un efímero paso por la Diputación de Cádiz, de donde salió por la desconfianza de la dirección provincial del PSOE hacia su particular manera de entender la selección de empleados y su afición a la confusión entre lo público y lo privado. A Cristóbal Rivera se le cerraba una y otra vez la puerta a otro destino y fue ahí donde comenzó la evidente decadencia de un alcalde que ya piensa en la jubilación, que siempre afrontó la renovación interna desde el «número dos» para abajo y acentuó sus gestos autoritarios.

Esa desidia pública, ese cansancio institucional, se manifiesta en hitos como el despropósito de un aparcamiento fantasma que recuerda el despilfarro del aeropuerto de Castellón, el desahogo con el que se gestionan los fondos públicos que se llevó el río, el abúlico cierre durante más de un año de un Torreón medieval en cuya rehabilitación invirtió la Junta una millonada, el récord de edificios públicos cerrados (Museo del Olivo, por ejemplo), el incumplimiento sistemático de la Ley de Transparencia aprobada por el propio Gobierno andaluz, o el trueque electoral en los despachos que en la retórica socialista se ha identificado siempre «con la derecha». A la dirección del PSOE de Cádiz, más atenta al recuento del voto fácil que a la prosperidad de un pueblo con tradición de voto socialista desde antes de la Guerra Civil, todo esto le parece irrelevante, son problemas de un pueblo pequeño, cada vez más pequeño por la preocupante pérdida de población. La presidenta Susana Díaz lleva sobre su espalda en esta caravana electoral ni más ni menos que conseguir la gobernabilidad de Andalucía en un escenario complicadísimo y garantizar la supervivencia de un PSOE amenazado por la huída de su tradicional electorado, y probablemente desconozca los pormenores de la cuestionable gestión de Cristóbal Rivera. Pero le hacemos una pregunta: ¿Por qué el «nuevo tiempo» tan necesario para Andalucía y España carece de sentido en Setenil?

La comitiva de la caravana electoral del PSOE, con Susana Díaz a la cabeza, flanqueada por la secretaria provincial del PSOE, Irene García, y el alcalde de Setenil. Detrás, cargo públicos y concejales de Setenil y Alcalá del Valle, algunos vecinos del pueblo, periodistas y los servicios de organización.
La comitiva de la caravana electoral del PSOE, con Susana Díaz a la cabeza, flanqueada por la secretaria provincial del PSOE, Irene García, y el alcalde de Setenil. Detrás, cargo públicos y concejales de Setenil y Alcalá del Valle, algunos vecinos del pueblo, periodistas y los servicios de organización.

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