Cuando el río era la calle con más vida de Setenil

Lavando en el río, a la altura de la Cruz Chiquita, donde ahora está el consultorio. De izquierda a derecha: Loli Gámez, Josefina Vargas, Catalina Cueto y María Gámez. Esta maravillosa fotografía, que data de finales de los años '70 o primeros '80, nos la ha cedido la familia Vargas.
Lavando en el río, a la altura de la Cruz Chiquita, donde ahora está el consultorio. De izquierda a derecha: Loli Gámez, Josefina Vargas, Catalina Cueto y María Gámez. Esta maravillosa fotografía, que data de agosto de 1971, nos la ha cedido la familia Vargas.

PEDRO ANDRADES
Con mi gratitud a la familia Vargas por
compartir esta maravillosa foto

El río ha sido siempre la calle más significativa de Setenil, algo más que el arquitecto que ha modelado esas ramblas únicas al abrigo de la roca. Era el escenario de comidas familiares y de juegos infantiles. Al río iban las mujeres a lavar la ropa, hincadas de rodilla ante las piedras más pulidas, como vemos en esta maravillosa fotografía que nos ha cedido la familia Vargas. Echaban un día de fregoteo y de trabajo duro, impensable para nuestra generación, una jornada que también aprovechaban nuestras madres para darse un baño y volver a la casa como jaspe, con los barreños de ropa ya seca y doblada. Unas sopitas o unas papas con tomate eran motivo de celebración.

Allí también se intercambiaban confidencias, se «llenaba el cantarito», esa expresión que tanto nos gusta a los setenileños, y se divertían, qué remedio, como podían. Antes de que llegara el Lagarto y el Flota a las estanterías de las tiendas, las mujeres fabricaban el jabón con aceite usado o tocino, sosa cáustica y agua. Había lavanderas en el Coro, en La Higuerilla, en la Cruz Chiquita, en El Tejar o en Los Caños (¡qué abandonado está!), junto a la fuente de El Cañuelo o Las Jabonerías, cuyo nombre se vincula a la antigua existencia de fábricas en esta zona. Aunque por suerte ya no es necesario ir a lavar al río, qué pena que prácticamente no haya ni un acceso al cauce que invite a dar un paseo por la ribera que siempre fue la calle con más vida de Setenil.

Cuevas del Sol. Foto: EDITORIAL PONS I SALA
Cuevas del Sol. Foto: EDITORIAL PONS I SALA
Cuevas de la Sombra, 1907. Publicada en el Catálogo de los Monumentos Históricos de la Provincia de Cádiz. Foto: ENRIQUE ROMERO DE TORRES
Cuevas de la Sombra, 1907. Publicada en el Catálogo de los Monumentos Históricos de la Provincia de Cádiz. Foto: ENRIQUE ROMERO DE TORRES
LA VIDA EN EL RÍO. El cauce del Guadalporcún fue siempre la principal calle de Setenil, donde las mujeres lavaban la ropa, se soltaban los animales y jugaban los niños. En la imagen aparece José Villalón, en el centro. Detrás el histórico puente del bar Mollete que se llevó por delante la canalización del río.
LA VIDA EN EL RÍO. El cauce del Guadalporcún fue siempre la principal calle de Setenil, donde las mujeres lavaban la ropa, se soltaban los animales y jugaban los niños. En la imagen aparece José Villalón, en el centro. Detrás el histórico puente del bar Mollete que se llevó por delante la canalización del río.
Las Cuevas del Sol fotografiada por el fundador de la Seat, el historico fotógrafo Ortiz Echagüe.Más información aquí https://goo.gl/13srfv
Las Cuevas del Sol fotografiada por el fundador de la Seat, el historico fotógrafo Ortiz Echagüe.Más información aquí https://goo.gl/13srfv
Las Cuevas del Sol, en una imagen tomada el 1 de marzo de 1954 por Julián Alonso Rodríguez, fotógrafo y profesor manchego con plaza en Cádiz, ciudad en la que falleció en 1983. El original de esta foto, titulada “Setenil de las Bodegas”, pertenece a una colección de 210 imágenes del mismo autor restauradas por el Centro de Estudios de Castilla La Mancha, que digitalizó un negativo de 6×9 cm. Foto: JULIÁN ALONSO RODRÍGUEZ.
Las Cuevas del Sol, en una imagen tomada el 1 de marzo de 1954 por Julián Alonso Rodríguez, fotógrafo y profesor manchego con plaza en Cádiz, ciudad en la que falleció en 1983. El original de esta foto, titulada “Setenil de las Bodegas”, pertenece a una colección de 210 imágenes del mismo autor restauradas por el Centro de Estudios de Castilla La Mancha, que digitalizó un negativo de 6×9 cm. Foto: JULIÁN ALONSO RODRÍGUEZ.
Fotografía de las Cuevas del Sol que nos ha enviado Ángel Medina Laín. No sabemos si esta imagen también es de Antonio Sánchez “El Retratista”, que precisamente vivía en una casa que daba al lecho del río y cuyo archivo fotográfico se perdió en una de esas periódicas riadas de Setenil. Más información sobre Antonio El Retratista aquí https://goo.gl/fic0om. Cuando Elvis Presley triunfaba en el mundo con Love me Tender, Setenil comenzaba a desperezarse del hambre y la miseria y a recogerse los harapos de esos años difíciles. Posiblemente a ese período a caballo entre los años finales de la década de los ’50 y los primeros ’60 corresponde esta fotografía de las Cuevas del Sol, en la que ya se ha levantado el muro de contención del río y la albarrá que empezó a construirse tras la trágica riada de 1949, “que se llevó cuatro casas con todo cuanto había adentro” y se cobró la vida de “Juan Manuel de la Manguita, que se volvió por dinero con cuatro mil quinientas pesetas que le sirvieron de entierro” (así lo relata José Domínguez Tijeras en su libro “El poeta que no pudo aprender a leer”). Mi padre me apunta también esa fecha porque aprecia que ya aparecen las primeras cocheras donde antes vivían vecinos que en esa época emigraron a Madrid: Teresa Las Ánimas, el ceronero Juan Morilla, o Benítez. Con los niños que se arremolinan en el lecho del río, que entonces era la calle con más vida del pueblo. La camioneta aparcada en la bajada donde ahora está el puente también puede ser de esa época. A la izquierda de esta imagen también se observa una casa semiencalada que ya no existe y que cerraba la calle en el Coro, en la prolongación de las Cuevas de la Sombra, frente a la actual “Ruinera” cuya vista oculta.
Fotografía de las Cuevas del Sol que nos ha enviado Ángel Medina Laín. No sabemos si esta imagen también es de Antonio Sánchez “El Retratista”, que precisamente vivía en una casa que daba al lecho del río y cuyo archivo fotográfico se perdió en una de esas periódicas riadas de Setenil. Más información sobre Antonio El Retratista aquí https://goo.gl/fic0om. Cuando Elvis Presley triunfaba en el mundo con Love me Tender, Setenil comenzaba a desperezarse del hambre y la miseria y a recogerse los harapos de esos años difíciles. Posiblemente a ese período a caballo entre los años finales de la década de los ’50 y los primeros ’60 corresponde esta fotografía de las Cuevas del Sol, en la que ya se ha levantado el muro de contención del río y la albarrá que empezó a construirse tras la trágica riada de 1949, “que se llevó cuatro casas con todo cuanto había adentro” y se cobró la vida de “Juan Manuel de la Manguita, que se volvió por dinero con cuatro mil quinientas pesetas que le sirvieron de entierro” (así lo relata José Domínguez Tijeras en su libro “El poeta que no pudo aprender a leer”). Mi padre me apunta también esa fecha porque aprecia que ya aparecen las primeras cocheras donde antes vivían vecinos que en esa época emigraron a Madrid: Teresa Las Ánimas, el ceronero Juan Morilla, o Benítez. Con los niños que se arremolinan en el lecho del río, que entonces era la calle con más vida del pueblo. La camioneta aparcada en la bajada donde ahora está el puente también puede ser de esa época. A la izquierda de esta imagen también se observa una casa semiencalada que ya no existe y que cerraba la calle en el Coro, en la prolongación de las Cuevas de la Sombra, frente a la actual “Ruinera” cuya vista oculta.
El Coro, en cuyas cuevas vivían algunas de las familias gitanas del pueblo y que ahora son prácticamente todas cocheras. En esos años vivían en esta calle (según recuerda mi padre) Juanito el de Flor, el Calilo, Juan Manuel el Gitano, Catalina, Isidoro, Los Nenes, Pablito el gitano, Sacramento…
El Coro, en cuyas cuevas vivían algunas de las familias gitanas del pueblo y que ahora son prácticamente todas cocheras. En esos años vivían en esta calle (según recuerda mi padre) Juanito el de Flor, el Calilo, Juan Manuel el Gitano, Catalina, Isidoro, Los Nenes, Pablito el gitano, Sacramento…
Las Cabrerizas y Los Cortinales, posiblemente en los años ’20 del siglo pasado. Foto: MIGUEL MARTÍN
Las Cabrerizas y Los Cortinales, posiblemente en los años ’20 del siglo pasado. Foto: MIGUEL MARTÍN
El río, antes del encauzamiento.
El río, antes del encauzamiento.
Bajada al río en Las Cuevas, en los años '70.
Bajada al río en Las Cuevas, en los años ’70.
Detalle de la plaza de toros montada en las Cuevas del Sol, con espectadores aprovechando las ventajas de nuestro espacio urbano.
Detalle de la plaza de toros montada en las Cuevas del Sol, con espectadores aprovechando las ventajas de nuestro espacio urbano.
Imagen del río en 1968, antes de su encauzamiento, con el puente de Triana al fondo.
Imagen del río en 1968, antes de su encauzamiento, con el puente de Triana al fondo.
Una de las históricas riadas de Setenil.
Una de las históricas riadas de Setenil.
Las Cabrerizas. Foto de Antonio Sánchez El Retratista” cedida por Rafael D. Cedeño. Setenil de las Bodegas (Cádiz). Muy interesante el “bocadillo” de roca de la calle.
Las Cabrerizas. Foto de Antonio Sánchez El Retratista” cedida por Rafael D. Cedeño. Setenil de las Bodegas (Cádiz). Muy interesante el “bocadillo” de roca de la calle.
Ropa tendida en el Coro, uno de los sitios de Setenil más frecuentados para lavar las prendas. Esta imagen es de los años '70. Foto. NORMAN F. CARVER. Más información en "Norman F. Carver, un americano en Setenil" http://goo.gl/5sccCl
Ropa tendida en el Coro, uno de los sitios de Setenil más frecuentados para lavar las prendas. Esta imagen es de los años ’70. Foto. NORMAN F. CARVER. Más información en «Norman F. Carver, un americano en Setenil» http://goo.gl/5sccCl
Imagen de la prolongación de las Cuevas de la Sombra, conocida como el Coro, antesala de la Higuerilla y lugar habitual de tendido de lavado y tendido de ropa. Todavía se pueden ver palos que se utilizaban como tendales, antes de la construcción del puente de Los Gallos. Foto: PACO JIMÉNEZ ALEGRÍA
Imagen de la prolongación de las Cuevas de la Sombra, conocida como el Coro, antesala de la Higuerilla y lugar habitual de tendido de lavado y tendido de ropa. Todavía se pueden ver palos que se utilizaban como tendales, antes de la construcción del puente de Los Gallos. Foto: PACO JIMÉNEZ ALEGRÍA
Esta fotografía de la portada del almanaque de 1974 de la Caja de Ronda nos muestra una imagen de la vida en el río en esos años. Así se mantuvo hasta la construcción en los años '80 del puente que entonces se le llamó "de los Gallos".
Esta fotografía de la portada del almanaque de 1974 de la Caja de Ronda nos muestra una imagen de la vida en el río en esos años. Así se mantuvo hasta la construcción en los años ’80 del puente que entonces se le llamó «de los Gallos».

4 comentarios en “Cuando el río era la calle con más vida de Setenil

  1. ¡Qué pasada de fotografía!
    A mi generación quizás nos quede algo lejos esto de las mujeres lavando en el río. Yo soy del 71 así que en mi niñez ya se podían ver el «Flota» y el «Lagarto»en las estanterías de los colmados, pero si recuerdo a nuestro río como una calle más de Setenil, muy sucio en el tramo del núcleo urbano pero limpio y sano en los márgenes.
    Era sin duda el lugar de juego predilecto de los niños y todas las casas tenían su «bajailla».
    Otros tiempos, desde luego. Una foto de museo

  2. Recuerdo que no había día en que mi hermano Antonio y yo no llegáramos a casa con las sandalias manchadas de fango, y de mi padre hablando con mi tío Enrique Morales, al que le decía que habíamos nacido exploradores y que sus hijas seguro que no habían llegado nunca a ese lugar remoto en el que nosotros habíamos estado. «¿De dónde venís nos preguntaba?». «De las Cuevas de Román», contestábamos. Nuestras primas nunca habían pisado allí. No hay paisajes como los que se perciben desde el mismo lecho del río, con las viseras de roca cubriendo las casas de los trogloditas que más raigambre tienen en Europa.

    1. Tener esa calle en ese estado es el equivalente a lo que ocurría en Setenil hace unos años con la roca que se ocultaba de maera vergonzante y de la que ahora se presume. Es un absoluto monumento de la naturaleza ignorado en Setenil. Algún día se recuperará, será un sitio de disfrute para los setenileño y un foco de atención para los turistas, y a quienes lo hagan le parecerá asombroso que este sitio prodigioso haya permanecido tanto tiempo abandonado.

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