
PEDRO ANDRADES
Setenil es el epicentro y la etapa más atractiva del paso de la popular carrera de los 101 Kilómetros que organiza la Legión de Ronda desde 1995, la más conocida y exigente del ultrafondo que se disputa en Andalucía. «Sufrimiento y dureza» es el lema oficial. Durante el sábado, 7.000 personas de toda España han podido competir en esta supermaratón para la que había 25.000 solicitudes de inscripción. Ronda y toda la comarca han sido un hervidero durante el fin de semana, y se han llegado a pagar 300 euros por una noche de hotel. En Setenil había reservas realizadas hace un año. En cualquiera de los vídeos que cuelgan los aficionados foráneos se escuchan expresiones de exclamación cuando pasan por Las Cabrerizas y Las Cuevas del Sol, y son muchos los que vuelven con sus familias y amigos a este destino desconocido y sorprendente para ellos, para quienes en principio sólo es el punto de avituallamiento en el kilómetro 56 de ese recorrido Ronda- Alcalá del Valle- Setenil – Arriate – Montejaque – Benaoján – Ronda. Todo un acontecimiento social que moviliza a 600 militares y que ha contado con una participación destacada de los «artanacas» de Setenil, que han formado la delegación local más significativa de la comarca. Uno de ellos, Moisés Zamudio, nos relata cómo se ha vivido la carrera desde dentro. Dolorido de una caída anterior y con calambres musculares, logró concluir su cuarta carrera gracias al apoyo de sus compañeros y al pasillo humano de la afición setenileña que le puso la «piel de gallina».

Vídeo de 2013 que muestra el impresionante paso por Setenil.





El impresionante pasillo humano de Setenil en la 101
MOISÉS ZAMUDIO
Los 101 km de Ronda suelen coincidir todos los años con la romería de Setenil, pero en esta ocasión hemos tenido la suerte de que no sea así, motivo por el cual el pueblo estaba aún más volcado con sus corredores de a pie y bicicleta. Como todos los años (ésta ha sido mi cuarta vez), los días previos los solemos vivir con cierto nerviosismo e incertidumbre, pero en mi caso particular esta última semana no ha sido la mejor, ya que el domingo pasado tuve una caída en la carrera del Burgo y me hice una herida en el brazo y hombro. Estuve curándomelo como pude, con antibióticos y hasta última hora no decidí si haría la carrera. Si en lugar de esta carrera hubiese sido cualquier otra estaba claro que no me hubiese arriesgado. El viernes fuimos a Ronda a ver el ambiente y a la cena de la pasta. Estuvimos un rato por las tiendas, cenando, luego un heladito y para casa. Estaba claro que esa noche no se iba a dormir mucho, pero se intenta descansar lo que se puede. Antes de acostarme me vendé el brazo y la mano como pude para protegerlo del sol y del polvo.
Al día siguiente quedamos muy temprano para llegar al cajón de salida lo más pronto posible. Sobre las 8:15-30 ya estábamos dentro, así que no quedaba otra que esperar hasta las 10, la hora de salida. Pero entre risas, comentarios, fotos… se hizo la espera más amena. Llegó la hora de la salida. Para algunos ha sido la primera vez, todo un logro y mérito afrontar esta primera vez con tanto calor. Otros ya llevamos 2, 3, 4 o incluso 5. Evidentemente, los nervios y tensión no es como la primera vez, pero en esta carrera es imposible hacerlos desaparecer aunque lleves 20 ediciones consecutivas. Algo especial tendrán los 101 que nos hacen sentir esas grandes sensaciones. A las 10 empezamos a salir del campo de fútbol, pero hasta las 10:30 no se produciría la salida oficial en la carretera. Así que a los 101 kilómetros del recorrido hay que añadirles los 5, 6 o 7 que hay desde el campo de fútbol hasta la salida oficial. Este tramo se hace complicado porque la gente quiere ir rápido para coger una buena plaza en la zona delantera, y entre nervios y tensiones se producen algunos encontronazos y caídas.
«La piel de gallina»
Después, al paso de los kilómetros, nos vamos apaciguando y cada uno coge su ritmo, dosificando para llegar lo mejor posible a meta. Pero por mucho que se administre, el tramo final de la carrera es extremadamente duro y hace mella en todos los corredores, tanto a los que van a pie, como a los duatletas, como a los de bicicleta. Empezamos poco a poco a hacer kilómetros, pasamos por las Navetas, por Arriate, subimos la Salinas, llegamos al cruce del Puerto del Monte, Aguilera, Alcalá, con su tremendo repechito llamado las Pedreras, Paduce, Arroyo de Alcalá y Setenil, sin duda lo mejor del 101. Son indescriptibles las sensaciones que sentimos al pasar por las Cabrerizas, las Cuevas, el bar Zamudio y la parada de autobuses. Pasamos por un pasillo humano de gente dándonos todos sus ánimos y apoyos. La piel de gallina. Impresionante. Pasan muchos kilómetros y aún vamos sintiendo que vamos arropados por nuestro pueblo, lo que nos hace que la carrera sea menos dura. Desde aquí quiero darles las gracias a todos y a cada uno de los que nos animásteis. En realidad los ánimos de la gente de nuestro pueblo hacen más efecto del que os podéis imaginar. Y para sentir esa experiencia sólo hay una forma de saberlo…
Hasta Setenil llevaba un buen ritmo y buenas sensaciones junto con Santi, pero nada más empezar a subir los Montecillos me dan calambres. Santi trata de ayudarme pero le digo que se vaya, que no puede hacerme nada, sólo me queda estirar y aflojar el ritmo. Al poco tiempo pasa Joseito, se para, intenta ayudarme pero rápidamente le digo que siga, que no pierda el tiempo. Él me dice que no le importa el tiempo, que va a disfrutar de la carrera y a acabarla, pero no le creo y casi que le obligo a que continúe para que alcance a Santi y puedan terminar la carrera juntos. Yo estiro lo que puedo pero no se me pasa, van pasando la gente y uno me dijo que para que se me quitaran los calambres que me pinchara con un imperdible en el músculo hasta que me hiciese sangre, y ahí que voy yo a pincharme. Luego me dice otro que me pusiese a caminar para atrás y así desparecerían los calambres, y ahí que me pongo yo a caminar para atrás. Menos mal que nadie me dijo que haciendo el pino se me quitarían los calambres, porque si no es que también lo hubiese hecho….
Subiendo por olivares a 40 grados.
Decido continuar, pero ya voy olvidando el objetivo de hacer la carrera en menos de 5 horas, ya el objetivo era acabarla de la mejor forma posible, y a partir de ese momento fue cuando empecé a disfrutar realmente de la carrera, hablando con uno y con otros, y hasta cuando el gps me marcó 40 grados subiendo los olivares me lo tomé a risas junto con otros compañeros. Llego al avituallamiento de Chinchilla con la intención de remojarme todo lo posible, refrescarme, comer algo y reanudar la marcha, pero me encuentro con que Joseito está parado, descansando, totalmente relajado en una sombrita. Así que me uno a él y, desde ese momento, hicimos la carrera juntos. Le dije que de vez en cuando me daban calambres y tenía que parar, que si quería ir más rápido que sin problemas, pero no me dejó en ningún momento y juntos afrontamos la parte final de la carrera entre charla, bromas y anécdotas. Desde aquí le doy las gracias por hacer que esa parte infernal de la carrera la pudiera afrontar con risas. Cada vez que teníamos que parar debido a los calambres se venía hacia mí y me hacía una sesión de estiramiento en medio del carril. La mayoría de las cuestas la subíamos andando y charlando con unos y con otros, y a pesar del calor y dureza del recorrido pasamos un maravilloso rato. Llegamos a meta, super contentos y a pesar de no haber podido competir, super orgullosos de haber terminado y disfrutado como nunca de la carrera.
Una vez en meta nos encontramos con Santi y Juan Parra, dos grandes compañeros y amigos que han hecho una grandísima carrera. Desde aquí darle mi enhorabuena y felicitaciones. “Unos makinas”. También agradecer a Almudena el avituallamiento que me tenía preparado al pasar por Setenil y por todo el apoyo y comprensión que me ha dado en semanas anteriores de entrenos. Y enorme fue la sorpresa para mí al encontrármela en la meta. Estaba preocupada porque le dije que tardaría unas 5 horas, y ya llevaba más de dos horas esperando, y como en las dos últimas carreras me había caído, pues ya se pensaba lo peor. Comimos, fuí a enfermería para que me curaran el brazo y para Setenil. Estábamos esperando noticias de nuestro campeón Francisco Cantalejos. Por Setenil pasó el tercero y no sabíamos cómo iba por el tramo final de la carrera. Escuchamos la noticia de que le dio un bajón y tuvo que hacer la parte final del recorrido andando. Al final no pudo hacer pódium pero sí hizo una grandísima carrera. Esperemos que el año que viene tenga un poquito de mejor suerte y pueda subir al pódium. Ánimos campeón, a seguir entrenando. Seguro que el año que viene lo haces aún mejor.
Desde aquí darle la enhorabuena a todos los que han hecho el 101 por primera vez. Han terminado la carrera a pesar del enorme calor que hemos padecido, y algunos incluso con pocos meses de entrenamiento. Sois todos muy grandes. Y no me quiero olvidar de Jesús Robles González, que ya lleva dos 101 consecutivos. Todo una muestra de coraje e ímpetu. “Muy bien campeón”. Tampoco me quiero olvidar de Rafael Durán. Gran ciclista, gran corredor, pero mejor persona, que, debido a circunstancias de la vida, no ha podido realizar la carrera. Pero en lugar de quedarse en casa o en un bar, ha estado siguiéndonos en muchas zonas del recorrido dándonos agua, comida y todo su apoyo. Rafa, 101 hay todos los años. Seguro que el año que viene lo haces y a un grandísimo nivel. Y cómo no, la enhorabuena a todos y a cada uno de los Artanacas de Setenil. Es un orgullo llevar un maillot donde vas representando a tu pueblo y a tu club. “Vamos Artanaca” Desde aquí animo a todos y a todas a que hagáis algún año esta carrera, ya sea a pie, en bici o duatlón. La experiencia es inolvidable e indescriptible, sobre todo al pasar por Setenil y al llegar al meta.
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Gracias por compartir mi vídeo del YouTube!!! Y felicidades por el articulo. Un año mas correré los 101.
Gracias a ti, Oscar. A ver si repetimos la experiencia. Suerte!