Hace un año, una imagen dio la vuelta al mundo. Un corredor llamado Iván Fernández Anaya, entrenado por Martín Fiz, no quiso ganar una carrera al atleta keniano Abel Mutai (medallista de bronce en los 3.000 metros obstáculos de los Juegos de Londres), que se había equivocado de meta y no atendía las indicaciones por su desconocimiento del idioma. Iván, casi empujándole, le hizo pasar el primero en un gesto de verdadero campeón por el que ya ha pasado a la historia del atletismo europeo. Sebastián Zamudio Cubiles nos cuenta en este artículo publicado en «Artanaca» cómo descubrió que el atleta vasco que admiraba… ¡era de Setenil! Lo puso sobre la pista David Parra. La madre de Iván es Francisca Anaya y su abuela Paca la de los altramuces. Viven en Vitoria, pero cada año veranean en Setenil. Iván nos cuenta por teléfono que este año puede ser el primero que falte a su cita con el pueblo porque tiene en su horizonte el Campeonato de Europa que se disputará en Zurich.
Con la historia de Iván Fernández Anaya, iniciamos un nueva serie, «Setenileños por el mundo», en la que queremos contar cómo viven, qué hacen, aquellas personas que tuvieron que marcharse de Setenil. Os invitamos a que nos mandéis relatos o historias, pequeñas y grandes, de vuestras familias para que no pierdan el vínculo con su pueblo natal.
Ivan Fernández Anaya, un campeón setenileño
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En los tiempos que corren, vienen bien gestos de honradez.
Por SEBASTIÁN ZAMUDIO CUBILES
Club Artanaca
El día 2 de diciembre de 2012, la atención mediática deportiva a nivel español y de buena parte del mundo se centró en el gesto que un atleta tuvo en la finalización del Cross de Burlada, en Navarra. Ivan Fernández Anaya, el protagonista de esta historia, se negó a ganar dicha prueba, ante el keniano Abel Mutai, que se despistó a tan sólo 100 metros de la meta. Iván, en vez de aprovechar la ocasión y anotarse una victoria a costa del medallista de bronce de los 3.000 obstáculos en los Juegos de Londres, decidió anteponer la honestidad, y con señas y a empujones, “obligó” al africano a, de una vez por todas, cruzar la meta como ganador de esta gran cita navarra.
Este gesto le abrió a Iván un hueco en muchísimos informativos y periódicos tanto nacionales como extranjeros, que por una vez tuvieron a bien dejar la eterna batalla entre Cristiano y Messi, para centrarse en valores que el deporte nunca debió haber perdido. Me parece muy triste una sociedad donde un pequeño gesto de honradez abra un telediario, pero lo cierto es que incluso yo mismo anduve impactado un par de días por esta escena. Tanto, que durante un entreno, comento toda la historia con los compañeros y fue ahí donde realmente comienza mi sorpresa: uno me dice que Iván Fernández Anaya es de Setenil!!!
Imagina Setenil 