


También en Setenil están amenazados los servicios públicos por los recortes presupuestarios. En este artículo, la directora de la Residencia, Fabiola Porras, nos explica la repercusión de la dichosa crisis. Los 24 trabajadores de la Residencia tienen todo nuestro apoyo público. Merecen que se defiendan sus puestos porque lo suyo es mucho más que un salario. Sus manos cuidan a nuestros mayores. PEDRO ANDRADES.
Por FABIOLA PORRAS JORADO
Directora de la Residencia de Setenil
La Residencia. Así la conocen… Desde hace algo mas de dieciocho años es el lugar donde acudo cada día a trabajar, donde paso gran parte de mi vida. Ocupa gran parte de mis días y de mis noches de desvelos, que no de noches físicas allí, que otros sí que ocupan y se ocupan de que todo marche como es debido. Da igual qué día o noche del año sea, 24 de diciembre o Viernes Santo, invierno o verano, aquí estamos las 24 horas del día, los 365 días del año. Esto no es un trabajo cualquiera, ni siquiera sólo un trabajo, porque nuestra materia prima son las personas.
Tu vida y las de los demás (trabajadores y residentes) quedan expuestas a los sentimientos y emociones del día a día. Trabajamos con la vida, con la muerte, y con la fase intermedia, la más difícil de todas, donde los cuidados son básicos, pero donde el respeto, el contacto y el cariño son fundamentales.
Empezamos en el año 1995 cinco auxiliares, una cocinera, un camarero y yo… Mucho trabajo y mucha, mucha ilusión. Hoy somos más (24 trabajadores y algunos más en momentos puntuales) y el servicio que prestamos es integral y personalizado. La ilusión, las ganas de nuevos retos y proyectos sigue intacta, nos hace seguir formándonos, aprendiendo, avanzando cada día para construir y ofrecer una atención personalizada e integral, porque nuestra materia prima son las personas.
Nuestra situación laboral, la de los trabajadores, fue siempre difícil. Ya en los comienzos hubo problemas. Ahora, y con esta dichosa crisis, sintiéndola respirar cada día mas cerca, es el tema que a muchos nos quita el sueño. Desde el verano del 2012 todo este trabajo se tambalea. La Ley de Dependencia, ese pilar fundamental en los servicios sociales, en el bienestar e igualdad de todos los ciudadanos, que hasta su aprobación en diciembre de 2006 se había obviado, se está desmantelando de forma encubierta sin anuncios, sin titulares en los medios, pero con mano firme y sin demora. La Residencia dispone de hasta 40 plazas, aunque ahora tenemos 15 vacías.
Los políticos que gobiernan no anuncian en el Congreso que se acaba, que ya solo podrá ser atendido aquel que tenga dinero para ello. Pero sin tregua, sin responder a la gran demanda de miles de personas que lo necesitan y lo solicitan, sin dar cobertura en los domicilios, sin cubrir ni mantener plazas en los centros, que quedan vacíos, sin pagar a los cuidadores, sin presupuestos… esta ley básica para desarrollar y promocionar la autonomía de las personas y sus derechos como tal, la están eliminando.
Lo último es la nueva Ley de Reforma de la Administración Local, que en estos días ha pasado por el Congreso de los Diputados y ahora se debate en el Senado, que supondrá que los ayuntamientos reducen sus competencias a un mínimo prehistórico. Esta ley nos remite a la época en la que los municipios estaban custodiados por el Estado y tendrá graves consecuencias para los Servicios Públicos que pagamos los ciudadanos con nuestros impuestos. Alguna asistencia que prestan los ayuntamientos como los Servicios Sociales (la red de prestaciones más cercana, sobre la que descansa el peso de la atención a los más desfavorecidos) ya tienen fecha de caducidad: en dos años, el 31 de 2015, debe estar transferida.
Esta reforma deja la puerta abierta al cierre de servicios, privatizaciones, y eliminación del principio de proximidad, es decir, el que la ciudadanía sea atendida desde la administración más cercana a su domicilio. Otros servicios en muchos casos serán eliminados, desaparecerán de nuestros pueblos, tales como deporte, cultura (incluidas las bibliotecas), cementerio… Esto conlleva, además de la pérdida de muchos puestos de trabajo, el abandono de las necesidades de los ciudadanos. Pero esto tampoco sale en los medios, esto tampoco es noticia, esto no tiene grandes titulares. Así que el lunes 18 de noviembre nos vamos a Cádiz a manifestarnos en contra de esa ley que nos quita nuestros derechos, nos quita nuestros servicios y nos hace ciudadanos de segunda. Salimos a las 16,00 h de la parada. Ven con nosotros, que se nos escuche.
Mucha suerte a todos en estos complicados días de recortes. Esperemos que Setenil pueda seguir contanto con algo tan necesario como una residencia de este tipo. esperemos que la crisis no se lleve por delante todo los avances que hemos conseguido en los últimos años.
Un abrazo de corazón